Que estamos rodeados de tontos y de ilusos por todas partes es un hecho constatable. Que a la sociedad analfabeta que hace cola en los grandes almacenes para quemar el poco dinero que tienen en las rebajas de verano, con mochilas todos y ellos en bermudas como el tío Aquiles de Los Chiripitifláuticos, les importe una mierda la renovación del CGPJ es una verdad absoluta, pero que todos los medios de información, no solo las televisiones, radios y prensa compradas por este gobierno de delincuentes, sino incluso los otros medios como, por ejemplo, Libertad Digital, también vean positivo el lamentable espectáculo dado por nuestros políticos, pastoreados por un comisario europeo con pinta de «julandrón», es, como poco, para salir corriendo de este lodazal.
Todos hablando de paridad y consenso. Cuando el felón de Sánchez salió de repente en su televisión, La 1, para anunciar que o se desbloqueaba el CGPJ, por tener «caducados», como si fueran yogures, miembros de dicho órgano antes de acabar el mes de junio, o él, «Sumo Hacedor» y «Gran Timonel» se ocuparía de hacerlo. Este tipejo que ha asaltado todas las instituciones del Estado suelta una amenaza tan grave como esta y la oposición del paleto gallego, se caga encima y vuelve a representar con el mamporrero de Esteban González Pons de la manita del detestable y «chacha» del puto amo, Félix Bolaños, sentados en «el tálamo» del consenso junto, al ya mencionado, comisario amanerado la comedia de llegar a un acuerdo que para casi todo el mundo es muy bueno.
La ingenuidad puede llegar a ser buena en algunos casos, e incluso puede llegar a ser necesaria, pero «comulgar con ruedas de molino» y confiar que con este desgobierno y con esta oposición el poder de los jueces está a salvo, sobre todo después de llegar a un acuerdo entre esta pandilla de indeseables es que nos toman por gilipollas.
Que nadie se crea, que con este apaño los jueces van a tener la autonomía de elegir entre ellos a los compañeros más cualificados, que no. Este vergonzoso «cambio de cromos » lo ha dejado muy claro el mismo día tras la resolución del tema, en los pasillos del congreso. y a preguntas de los reporteros sobre lo que se acababa de pactar, el «hijo LELO de LALO», o lo que es lo mismo, Patxi López, también conocido por «Patximedes», dijo sin ambages y con ese tono bronco de mal encarado y peor educado que eso de la elección de jueces corresponde, según el mandato constitucional al pueblo y, por tanto, todos los posibles acuerdos tomados tendrán que ser ratificados en la sede de la soberanía nacional, o sea blanco y en botella.
Nos siguen meando en la pechera y nos dicen que llueve. Unos y otros celebran la nada porque saben que, al pueblo soberano, que está a otras cosas, estas maniobras políticas les importa un rábano y claro así nos va en la feria.