El acto del jueves 12 de octubre fue el prefacio de lo que vendría después de unas pocas horas. El vergonzoso simulacro de normalidad institucional dio un toque de color para portadas de cotilleo y corroboró que el pueblo soberano que se agolpaba en las aceras del Paseo de Recoletos es una manada de borregos agitando la banderita española.
La niña, muy mona con su boina roja, su uniforme recién estrenado y su carita de sorpresa contenida. El papá, no se nos olvide, que es el rey de España a la sazón el jefe de las Fuerzas Armadas, iba muy bien vestido con su uniforme que parecía recién alquilado en Cornejo, y un gesto serio de hombre de estado que acaba de regalar ese estado a un canalla criminal y psicópata que en un rato y unas horas después haría caso a la borregada que le gritaba aquello ya tan manido por cansino de que te vote Txapote. Al tipejo este la traición y la mentira le dan votos y él lo asume con gusto. ¿Qué me vote Txapote? Vale, se dice para sí este felón mientras aguanta la carcajada escuchando esos ecos y gritos que le traen sin cuidado. Por lo demás, como digo, el acto muy colorido y bonito, en las tribunas mezclada y endomingada esa clase política que está llevando a la patria a un desastre ya muy lejos de un posible arreglo y que pasan totalmente de reconocimientos a la bandera y mucho menos a un ejército, que, aunque ya no existe, ellos detestan.
Tengo que admitir que el numerito circense de la banderita voladora por el cielo de Madrid fue muy vistoso y que además el plato fuerte de esta tontería televisada de ver a las «majorettes» de la legión con ese paso rápido, con la cabra, cabrito, o lo que fuera y esa falsa altanería, encantó a la gente que aplaudía como locos ¡Qué bonito!
Al día siguiente del simulacro, o sea el viernes trece, el hijo de mala madre de Sánchez se reunió con la criminal representante de Eta- Bildu, Merche Aizpurúa una terrorista condenada por enaltecimiento del terrorismo, con una biografía que va desde sus trabajos en el diario Egin y en la revista Punto y Hora de Euskal Herria, ambos medios de comunicación de ETA, pasando por la inhabilitación por condena de la Audiencia Nacional en 1984, hasta llegar al congreso y dar su mano y su voto ensangrentado a este tipejo que en este día de vergüenza también se reunió con la golpista representante del partido de un delincuente fugado. Esta situación en un país serio habría sido el detonante de una respuesta contundente de una sociedad vertebrada y adulta, aquí, como esa sociedad no existe, la gente se agolpa en las calles para vitorear a un concepto patrio que ya no existe. Lo dicho, todo muy bonito.