Últimamente, están paseando por medios y partidos de un lado y otro el concepto de volver a un PSOE que fue y que por desgracia ya no es, el PSOE bueno, así lo denominan toda esta panda de mamporreros y paniaguados de la opinión pública en sus comprados periódicos y en sus letrinas televisivas.
Yo desde la más rotunda estupefacción y desde la más absoluta indignación pregunto a quién me quiera responder, ¿desde cuándo el diablo tiene un lado bueno? ¿El crimen y el robo? ¿La ruina y el latrocinio? ¿De verdad hay alguien que en su sano juicio pueda añorar un PSOE bueno que jamás ha existido? Si el gran Diógenes con su lámpara buscaba un solo hombre justo, sin encontrarlo, ¿cómo se puede buscar algo parecido dentro de unas siglas del partido más criminal y ladrón en este patio de Monipodio que desde las reformas de 1978 y tras la voladura del régimen llegaron a la política de estado tras cuarenta años agazapados en una sombra cobarde y mendaz?
Desde su fundación, el 2 de mayo de 1879, por un tipógrafo ferrolano analfabeto llamado Pablo Iglesias Posse y hasta nuestros días, su trayectoria ha sido un continuo pasar del golpe, por ejemplo, el de 1934, al crimen, el de Calvo Sotelo, llevado a cabo por la motorizada de Indalecio Prieto, es un solo ejemplo del crimen y de este en particular, que fue uno de los detonantes de la guerra civil. Podemos retrotraernos al pucherazo de las elecciones de febrero de 1936 y a la creación de un Frente Popular que aglutinaba toda una serie de partidos tan criminales como ellos y que dinamitaron la República de 1931 al grito de ¡viva Rusia!… ¿Este es el bueno?
En la reforma política se reunieron toda la gentuza de izquierdas y derechas para repartirse un estado modélico y unido y convertirlo en este basurero en el que estamos en la actualidad. En el año 1982, ganaron otra vez los socialistas y dejaron España como un solar. Es la segunda parte de la pesadilla. Es el partido de Felipe y Guerra. Es el partido también, como siempre, del robo, Filesa por ejemplo, y del crimen, el GAL y la cal viva. ¿Será este el bueno?
Ahora, como desde Zapatero, primero y luego Sánchez estamos instalados en el partido malo, ya han salido a la palestra los carcas criminales de antaño, de ese PSOE que ahora hasta la repugnante derecha echa en falta, para pontificar y clamar por algo que ellos desde el principio fomentaron desde sus infames gobiernos. La única solución para terminar con esta metástasis que está acabando con nuestra patria es la prohibición de estos «buenos» socialistas y de todos los partidos de izquierdas y meter a todos sus dirigentes en prisión. El cáncer no se cura con aspirinas y el que padecemos nosotros, creo yo, ya está tan avanzado y ha corroído tanto a esta sociedad moribunda que no hay solución posible.
¡Imbéciles! El socialismo siempre es malo y el español, con la afirmativa postura de sus abyectos votantes, el peor.