Este gobierno de criminales, ladrones y gentuza de toda condición es torpe y hasta surrealista a la hora de realizar sus atracos y mordidas a una sociedad saqueada, pero también inane y vacía de contenido que pueda reaccionar a esta corrupción que lo inunda todo, y que se crece ante la falta de autoridad de un país roto del que no se puede esperar ya nada.
Lo habitual en un estado de derecho es que sobre todo el principal contrapeso, el judicial, funcione libre de presiones y con total independencia y con un único horizonte posible, el imperio de la ley. Lo verdaderamente escandaloso es que sea el propio gobierno el que arremete contra los jueces de la forma más descarada y cutre que uno se pueda imaginar.
Cuando estos canallas hablan de bulos y fangos, siendo ellos puro estiércol, como son sumamente torpes lanzan una noticia, no ya falsa, sino técnicamente imposible, acusando al juez Peinado de poseer dos DNI y más o menos, tener una doble vida. Acusan a un juez de este hecho tan sumamente imposible y no se dan ni cuenta que con un mismo nombre y apellidos pueden coincidir varios ciudadanos, por eso existe el número identificativo y lo que es ya incuestionable, la huella. Que las mafias intenten socavar, amedrentar y desprestigiar a los jueces es y ha sido un hecho desde siempre, pero que sea el propio poder ejecutivo, que sea el mismo gobierno el que realiza estos delitos de extorsión al poder judicial, es algo que cuesta mucho calificar.
El calvario del juez Peinado empezó en el mismo momento que inició, tras la denuncia de Manos Limpias, las consultas y estudio de las pruebas, que eran aluvión, de las actividades presuntamente delictivas de la mujer del «puto amo», Begoña/o Gómez, digo presuntas, pero también añado, poco cuestionables. Pues bien, desde ese momento estos delincuentes intentaron acabar con el juez, amedrentaron a su hija por ser concejala del PP, amenazándola con llamadas intimidatorias a su móvil y persiguiéndola de hecho desde esas terminales sicarias de opinión pública, prensa, radio y televisión, que controlan sin disimulo.
El señor Peinado en todo este proceso ha demostrado que todavía no está todo perdido, que aun los ciudadanos de orden tenemos algunas «togas» donde refugiarnos ante el caos y desvergüenza de estos tipejos. El juez Peinado, la juez Alaya y algunos más son la respuesta y la esperanza.
Decía la portavoz del PSOE, con respecto al tema del DNI del señor juez, que a ella le preocupaba mucho que alguien tuviera dos documentos de identidad. A mí lo que me preocupa es constatar en que manos estamos y que ninguno de estos parásitos acaba en la cárcel.