Todos los medios mamporreros escritos, radiados y televisados, le han cambiado el nombre y ellos lo asumen porque quien paga manda y todos estos medios, incluido el periódico ABC, no se puede ser más vendido y miserable, abren sus informaciones nombrando a El Valle de los Caídos como Cuelgamuros. Les deben de salir ronchas de indignidad al decir o escribir el nombre correcto del monumento y como son unos borricos guerra civilistas, con mono y pistola al cinto de su inmoralidad, nombran al entorno como lugar concreto, y lo hacen mal a petición del que les manda con dinero que huele a podrido.
Cuelgamuros fue el lugar, el sitio elegido para construir un monumento funerario llamado, Valle de los Caídos y esto es la realidad que esta izquierda y sus súbditos quieren ocultar y borrar cambiando nombres y confundiendo realidades. Hemos visto como el siniestro desenterrador, Sánchez, disfrazado de «agente televisivo del CSI», volvía al Valle para intentar arañar algún voto de la gentuza que le mantiene en Moncloa y de paso quitar importancia a las dádivas firmadas por el «travesti» y volviendo a utilizar a los muertos de una guerra que ellos provocaron, quitar hierro a sus tropelías rebozándose entre huesos y calaveras sin ningún tipo de moral ni vergüenza. Les fastidia mucho el Valle, porque es piedra viva que grita verdades cobijadas por la Cruz más grande de la cristiandad.
El origen de este monumento se puede fechar, sin ningún tipo de problema, allá por el año 1931 cuando a menos de un mes de la proclamación de la República, concretamente en los primeros días del mes de mayo, se inició la quema de iglesias y conventos y las persecuciones del clero y de los católicos, luego después de mucho caos y terror se criminalizó todo mucho más en febrero de 1936 con la llegada del frente popular, a través de unas elecciones fraudulentas, y la implantación de un gobierno marxista y criminal que, como vengo reiterando, empujo a nuestra patria a una guerra entre hermanos.
El Valle de los Caídos fue pensado y levantado por voluntad del Caudillo como símbolo del perdón entre hermanos y como lugar de reposo y oración para las almas de combatientes de ambos ejércitos y esto es un hecho tan poco discutible como la razón de ser del mismo. Si esta gentuza asesina no hubiera provocado un millón de muertos, El Valle no existiría.
Sacaron a Franco y a José Antonio y acabarán echando a los frailes y dinamitando la cruz. Nadie moverá un dedo porque a esta sociedad moribunda le importa una mierda lo que no esté encuadrado en su miserable día a día. La sinvergüenza de la presidenta de La Comunidad de Madrid podría acabar con este atropello declarando BIC al monumento, pero está muy ocupada intentando tapar las tropelías del golfo de su novio, mientras que Sánchez se pone un mono de plástico blanco y hace de un Hamlet despreciable ante un pueblo tan miserable como él.