Los que sabíamos que Sánchez no se iba ni con agua caliente, después de poner en conocimiento de la opinión pública, por medio de su infumable carta, lo injusta que es esta nación de pendejos con él y su esposa/o, llegamos a comprender el asunto que escondía esta comedia infame, el meollo de la cuestión. En su compungido discurso en las puertas de su palacio dejo muy sibilinamente trazado lo que iba a realizar, lo de los ataques a Begoña/o le importan un carajo, él sabe que, aunque ahora la UCO esté investigando los chanchullos publicados y conocidos por todo el planeta, el recorrido será, poco más o menos, como el de los casos Berni, Koldo, etc., es decir nada. Lo importante del mensaje era poner en marcha la maquinaria de protección de su poder e intentar acabar tanto con lo poco que queda sin corromper del poder judicial, pobre magistrado Peinado, como de arrasar los medios de opinión, prensa, radio, televisión, es decir lo que en un Estado de derecho se conoce como cuarto poder, y meter también sus sucias manos en la vorágine de las redes sociales y sus, según él, «pseudo webs».
Esto de intentar socavar todos los contrapesos del Estado no es nuevo, ya en la II República el invertido presidente de aquel disparate, el ínclito Manuel Azaña se sacó una ley, así por las malas, llamada, ley de defensa de la República, una barbaridad que propicio cierre de periódicos y control de medios de acción y opinión contrarios a sus intereses. Cuando estaba oyendo todo lo que este canalla iba desbrozando en su discurso pensé en justamente este hecho peligroso que nos retrotraía a esa ley mencionada, pero luego comprendí que se acercaba más a los fundamentos trasnochados de un peronismo rancio que encarnó tristemente para Argentina llevándola a la ruina, la infame expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y anteriormente su esposo Néstor.
Esta gentuza arrasó todos los resortes de su nación y lo hicieron con un peronismo populista inventado por ellos, «el Kirchnerismo» y con un discurso falso que intervino en todos los ámbitos de su Estado, llevando a su pueblo al agujero de la quiebra de la nación desde donde el actual presidente, Javier Milei intenta sacar a su pueblo.
Ese es el recorrido de la nueva amenaza que el felón de Sánchez anunció en su carta/manifiesto y en todas las entrevistas que ofreció seguidamente recorriendo sus apestosos medios de propaganda, la cadena SER, RTVE y El País.
Este tipejo va a intentar por todos los medios posibles acabar con toda disidencia que pueda hacer despertar a esta sociedad idiotizada que padecemos. Tiene la sartén por el mango y se cree que puede hacer con la ciudadanía lo que le venga en gana y hasta que lleguen los recortes de pensiones y crezcan las colas del hambre, hasta que explote la verdad del paro y la gente vea que ya no puede pagar su tarifa del móvil, entonces veremos que hace el rebaño. Él está tranquilo, por ahora, porque sabe que mientras no pase esto y siga habiendo colas de gentes en Primark y tránsito de bolsas por la Gran Vía y «polillas» deslumbradas en comercios del centro, todo está bien y él puede seguir riendo a carcajadas.
Pero más pronto que tarde toda esta mentira explotará y tendremos una edición a la española del corralito argentino y entonces cuando los cajeros y las tarjetas de crédito no funcionen, cuando encuentre la gente su banco cerrado entonces veremos qué ocurre. Esto, no lo duden, llegará. Es el resultado de poner en práctica un peronismo cutre en España.