
Suena un poco a comedia de Jardiel eso de llamar «novias» a lo que, en aquellos tiempos no tan pasados, se denominaban «señoras que fuman», Hay que reconocer que este término definitorio del oficio más antiguo del mundo, como poco, es elegante. En la cara opuesta a esta expresión, también claramente humorística, se encuentra el intento de maquillar a la inmoralidad y el vicio con tintes inadmisibles de relación interpersonal natural y lógica cuando lo que se intenta normalizar es simple y sencillamente una relación sexual pagada.
Con el tema del sinvergüenza de Ábalos y su relación con la tal Jésica se ha llegado, en los medios pagados por este gobierno criminal y mafioso, a propagar por televisiones, prensa y radio, que la muchacha en cuestión era la pareja sentimental del «pájaro» corrupto, vamos un romance entre un «madurito y una joven» y se quedan tan frescos, intentando quitar mierda de una relación que, a no ser un intento de blanqueo con el detergente nauseabundo del sobre y el todo vale porque los ciudadanos ya pasan de todo, o es tan asqueroso el tufo que desprende el caso que machacan con conceptos y adjetivos diseñados con ocultación y desvergüenza.
Medios de intoxicación que alteran la verdad e intentan hacer creer a la gente que los burros vuelan, o que de noche hace sol. La verdad sale siempre a la luz tarde mucho o poco, y en el caso de esta pareja, ahora se ha sabido que él en su agenda oculta tenía otras tres «amiguitas» de repuesto.
Hace unos días hemos visto desfilar con un aspecto siniestro y totalmente enlutada a la amiguita titular cantando flamenco delante del juez. Parece que, según contó a su señoría, ella estaba pagada a través de la trama de Koldo, recordar que este individuo era portero de puticlub, y que este le presento a su jefe Ábalos, un catálogo de prostitutas en ropa interior posando en posturas insinuantes y que el jefe eligió a la tal Jésica para dar rienda suelta a sus babosos instintos.
Estas situaciones no tienen nada que ver con un noviazgo que se convierta en una relación de pareja dentro de un marco de normalidad. Digan lo que digan los voceros, todavía no se eligen a las novias por catálogo. Por catálogo se eligen cosas, utensilios, comida, etc., En los ámbitos del vicio, la pornografía y la prostitución sí que rigen esos parámetros de servilismo y compra-venta.
A esta prostituta le pusieron un piso en la Torre de Madrid y la colocaron en dos empresas de carácter público con sueldos pagados con nuestros impuestos y sin aparecer por ellos ni un solo día. También recibía por viajar con el político la friolera de alrededor de 1.500 euros por día, vamos «una novia de alto standing».