La primera autoridad del Estado es el rey, y la segunda el presidente del gobierno. La tercera autoridad del Estado, por importancia y rango, es la de la persona que preside el Congreso de los Diputados. Se supone que dicha persona tiene y debe de reunir una serie de características, personales y profesionales que ratifiquen ante el pueblo soberano esta elección de suma importancia y de, por qué no decirlo también, un enorme sueldo pagado con sus impuestos de ciudadano y los míos
¿A qué viene esta disertación y por qué? Pues porque la nueva y flamante autoridad, a la sazón presidenta del Congreso, es una delincuente que debería, por sus actos y trayectoria, estar metida en la cárcel hasta que las ranas criaran pelos. No es exagerado decir que su recorrido delincuencial referido a sus actos públicos fuera suficiente para «entrullarla», es solo una clara y sangrante evidencia.
Hablar en España de corrupción y criminalidad es algo por desgracia normal, con un psicópata de presidente del gobierno, un rey que no pinta nada y una clase política que es simple y claramente basura apestosa, es por tanto más que lógico que el resultado sea este.
La individua que, desde hace poco, como digo más arriba, degrada hasta la náusea el cargo tercero en importancia de este país se llama Francina Armengol y tiene en su currículo desde que ostentó el cargo de presidenta de la Comunidad Balear, del 2015 al 2023, para desgracia del pueblo de esas islas, una serie de hechos que hablan por sí solos. Solo unos cuantos para que, los que no la conocen, lo hagan desde ahora. Eliminó la lengua española de los colegios, llevando la terrible «inmersión lingüística» iniciada desde 1989 por el Partido Popular, a cotas de irracionalidad manifiesta, durante el confinamiento, igual que su compañero de partido, el tito Berni, se iba de fiesta saltándose sus propias restricciones, obligó a los médicos a examinarse de catalán, la empresa de su pareja pasó de estar en quiebra a facturar 4 millones de euros, a día de hoy, está siendo investigada por «el caso puertos» (amaños mafiosos de concursos públicos), el Parlamento Europeo ha ordenado investigar a su gobierno autónomo por «el caso varadero». También quiso comprar un ático por una cuota, la cuarta parte menor del precio de mercado. Tampoco sobra indicar que su podrido PSOE Balear tiene a 11 acusados del «caso multimedia» a los que la fiscalía pide la friolera de 156 años de cárcel. Con toda esta mierda, lo que es muchísimo más grave es que esta individua tapó los abusos sexuales a menores tuteladas por su comunidad autónoma ¿Alguien da más?
Repito. Esta tipeja es la que preside el Congreso de Diputados, a petición directa y dentro de las negociaciones de su ya cantada investidura, de los golpistas catalanes como primer peón en un tablero de ajedrez de asco. Esta delincuente ostenta un alto cargo en este país pagado y consentido y nadie dice nada. Los del PP y VOX callan, la fiscalía y los jueces callan y a la opinión pública tampoco le importa nada. Todo esto es un síntoma más de lo hundido que estamos en esta intemperie moral antes llamada España.