Pues eso, que les quedan muchos caras al sol por escuchar. Porque ellos lo han querido así. Porque han querido perseguir un himno de amor y han conseguido que gente que no se sabía la letra, ahora se la sepa al dedillo. Han conseguido que los falangistas que ya no lo cantaban, por aquello de adaptarse a los tiempos, lo hayan desempolvado. Han conseguido justo lo contrario.
Lo mismo les pasó con Franco y en cada manifestación de agricultores, de ganaderos, de camioneros, se recuerda a Franco y la diferencia de aquel régimen con el actual del 78.
Han conseguido justo lo contrario y, por supuesto, que van a seguir escuchando el Cara al Sol y se van a tener que esconder y taparse las orejas para no percibirlo. Faltaría más.
¿Dónde se pensaban los del PSOE que íbamos a homenajear los falangistas a nuestro Caído Matías Montero si no es en la puerta de la sede donde militaba su asesino?, porque lo que no sabrán los analfabetos de la izquierda que hoy «braman» contra el Cara al Sol de ayer, es que precisamente ayer se cumplieron 90 años del asesinato, cerca de la calle Ferraz, de Matías Montero a manos del pistolero Francisco Tello Tortajada, carnet núm. 2.912 de la Agrupación Socialista Madrileña. Cinco tiros, dos de ellos por la espalda. 23 años de cárcel. Amnistiado dos años después, por ser el suyo «un delito cuyo móvil era característicamente político”. No fue el primero. No será el último.
Por descontado, la lápida de mármol que conmemoraba su asesinato fue removida hace tiempo, ignoro si en aplicación de la Ley de Memoria Selectiva de Zapatero, de la Ley de Memoria Totalitaria de Sánchez o de la inquina de los primeros (y por suerte lejanos) alcaldes socialistas de Madrid. En su lugar, una modesta placa de aluminio poco más grande que un folio informa al distraído paseante de que el Partido Socialista practicó el terrorismo mucho antes de amnistiarlo.
No les debe de gustar que se les recuerde que practicaron el terrorismo. Que practicaron el asesinato callejero. Que eso de las amnistías e indultos ya les viene de lejos y, por supuesto, les gusta menos que se lo recordemos con nuestro himno de amor y de guerra, que el camarada Matías Montero no pudo conocer.
A continuación el «sesgado» resumen de «Lo País»: