Mi abuelo solía decir con mucha frecuencia que “es de bien nacidos ser agradecidos”. Es por eso que, aún con cierto retraso debido a mis obligaciones profesionales, no puedo ni debo dejar pasar la oportunidad de expresar mi más profundo agradecimiento a estos buenos sacerdotes por la labor realizada dentro del canal que, hace ya casi cuatro años, han venido realizando en su canal “La Sacristía de la Vendée”, así como mi completa solidaridad ante la cacería de la cual han sido víctimas desde el inicio de su valiente andadura.
Nacido a inicios de la década de los 70, a veces me pregunto cómo me las arreglé para conservar la fe y los principios que me mis padres y abuelos me inculcaron. Echo la vista atrás y no puedo dejar de pensar que solamente fue posible gracias a la ayuda del Espíritu Santo. No fue mérito mío, desde luego, aunque por supuesto algo tuve que luchar para ir contra corriente, evidentemente con el apoyo de unos padres maravillosos. No obstante, de lo que no tengo la menor duda, y creo que estoy siendo rigurosamente objetivo, es de que no he tenido ayuda consistente de sacerdote alguno durante todo este tiempo. Es más, generalmente ha sido todo lo contrario. En muchos casos lo que han hecho estos funcionarios eclesiásticos ha sido poner a prueba mi fe.
Un cura jesuita que en 2017 se negó a darme la comunión en la boca con tono burlesco y en voz alta con las palabras “en la mano, que es más digno”, otro al que presencié dar la comunión en la mano después de mojar la Sagrada Forma en el vino, sustituir el Padrenuestro por el Avemaría el día de la Inmaculada, decir en la homilía del 6 de Enero que “los regalos que a vosotros niños os han traído los padres”, gracietas y payasadas en la homilía y durante la celebración con el fin de intentar hacerse los “guays” y “enrollaos”, escuchar que en la confesión se te suelte con notable sarcasmo un “qué buen curita vas a ser” y un largo etcétera. que no vale la pena ni mencionar. La lista sería larga, pero se traduce en que uno realmente tiene dificultades para encontrar una parroquia mínimamente decente en un radio de 15 kilómetros cuadrados de su casa, con curas que hablen con tono viril y se comporten como hombres de Dios, con una preparación exigible a un ministro de la Iglesia y no con un nivel intelectual o profesional al que no llega ni un funcionario de tercera.
Por eso la aparición de la Sacristía de la Vendée fue tan decisiva en mi vida y en la de muchos católicos tradicionales, huérfanos de auténticos pastores de la fe, que luchamos para conservar y transmitir los valores que nos inculcaron nuestros antepasados en un mundo que hoy va a la deriva y en una Patria en una de sus horas más bajas.
Por eso quiero dar las gracias al padre Francisco Delgado por su tesón, serenidad y capacidad de liderazgo, virtudes que sin duda fueron cruciales de cara llevar a cabo y tener el éxito que ha tenido tan hermosa empresa.
Gracias al padre Francisco Torres por sus fantásticas lecciones de latín, de Liturgia y especialmente de vida, por su sabiduría del día a día, que, con su sencillez, te llega directamente al corazón.
Gracias al padre Rodrigo Menéndez Piñar por su templanza y erudición impropias de su juventud, siendo un digno heredero de la egregia figura de su abuelo, Don Blas Piñar, quien seguro estará muy orgulloso de él.
Gracias al padre Roylan Recio por su testimonio existencial, humildad y a la vez valentía y absoluta carencia de complejos, después de huir del infierno del comunismo cubano. Él que sabe bien lo que es mirar al Mal directamente a los ojos.
Gracias al padre Góngora por su coraje, aplomo e inteligencia, por su enorme habilidad para sacar el máximo rendimiento a las modernas tecnologías para transmitir la Palabra de Dios, enfrentándose a los enemigos de Cristo y de la Iglesia con caridad, pero siempre con gallardía y poniendo los puntos sobre las íes.
Gracias a otros sacerdotes que intervinieron en el canal como los extraordinarios Custodio Ballester, Pablo Pich, Jorge González Guadalix, Juan Razo, Charles Murr y Javier Olivera Ravasi, entre otros. ¡Con qué alegría y expectación esperábamos en mi casa sus intervenciones de cada jueves!
Por último, pero en absoluto en menor medida, quiero dar las gracias de todo corazón, al padre Gabriel Calvo Zarraute:
Gracias padre Gabriel por instruirnos a todos, merced al resultado del esfuerzo de toda su vida, que no es otro que una privilegiada formación intelectual a la luz de Cristo, transmitiendo el legado de los mejores a una generación necesitada de conocimiento verdadero.
Gracias por su pundonor, bravura y hombría, demostrando que se puede llevar alzacuellos sin que sea imprescindible presentar rasgos eunucoides, voz meliflua o atiplada, pronunciar homilías políticamente correctas leídas en ocasiones del mismo teléfono móvil.
Gracias por atreverse, en solitario, a defender la memoria del Generalísimo Franco, denunciando la cobardía de la jerarquía eclesiástica ante la profanación de sus restos mortales, máxime cuando el Caudillo salvó a sus predecesores del exterminio durante nuestra Cruzada contra los enemigos de España, y con qué traición se lo pagaron…
Gracias por darnos a conocer la situación actual de la Iglesia, así como abrirnos los ojos ante “aquellos barros que trajeron estos lodos”.
A nivel personal, jamás podré olvidar el inmenso privilegio que supuso para mí el prólogo y presentación, aquella lluviosa tarde del 30 de noviembre de 2023 en el Espacio Ardemans, de mi libro “Pío XII. El Papa maldito”. Qué ilusión, que honor más grande tanto para mi familia como para mí mismo y qué agradecido estoy también al editor, Álvaro Romero, por aceptar la publicación de este libro en defensa de este grandísimo pontífice. A fecha de hoy, la inolvidable entrevista que el padre Gabriel me realizó en su programa “El pasado que no pasa” ya cosecha 107.000 visualizaciones, lo que evidentemente refleja que está ayudando a muchas almas. Estoy completamente seguro de que el gran Pío XII estará contento desde el Cielo…
La eminencia que era Don. Gonzalo Fernández de la Mora solía decir que la envidia es la “lepra nacional”, el vicio capital de los hispanos y la causa decisiva de nuestras caídas históricas. Esta misma envidia, unida al odio a verdadera tradición católica, es sin duda alguna la responsable de este pequeño revés sufrido por nuestro grupo de estupendos sacerdotes. Pero no nos engañemos. Todo, absolutamente todo, está diseñado por Dios y forma parte de su plan, incluso lo que parezca victoria de los malvados, algo que nosotros en estos momentos no podamos entender. Él escribe recto con renglones torcidos y seguro tiene algo mejor para estos buenos curas y, por ende, para nosotros.
Por eso, ahora más que nunca, quiero exclamar:
¡Viva la Sacristía de la Vendée, Viva la Hispanidad y Viva Cristo Rey!
Encontré en ellos a los párrocos que nunca tuve, y muy en especial al Padre Gabriel, del cual me declaro discípula, ¡he aprendido tanto!, estoy en Perú y veo cómo la Iglesia se desangra… y en ellos vi la luz del entendimiento y la sabiduría, particularmente esta cuaresma se hace más cuesta arriba sin ellos, aunque con tareas que realizar… entiéndase libros por leer… me han inspirado, me han hecho mejor, el sello del amor de Dios está mucho más profundo y fuerte en mi corazón, GRACIAS! Viva Cristo Rey!
Excelente artículo
Excelente programa del mismo titulo del libro sobre el Papa Pío XII