Josué Cárdenas. Periodista. Escribe en ÑTV, dirige su programa ‘en Periodista Digital y escenifica la actualidad desde la Carrera de San Jerónimo en ese mismo medio.
Analiza en esta breve entrevista su primer libro de poemas Ni aún bajándote la luna (SND).
¿Por qué ha decidido publicar un primer libro de poesía?
Porque ya está bien de hablar tanto de política. Estoy hasta las narices de Montero, Belarra, Errejon y la madre que los parió a todos. Necesitamos más poetas y menos políticos. Necesitamos más poesía en medio de una sociedad de «ofendiditos», caraduras y mediocres. Detesto a la gente que tiene como referentes a Ortega Smith o a Pablo Iglesias y no han leído en su vida a Lorca.
¿Qué quiere decir con el título alusivo a la luna?
Soy bastante lunático. La luna me gusta más que el sol. La noche más que el día. A partir de las 2:00 el típico oficinista de IBM que durante el día predica responsabilidad y farda de su pastizal ante sus amigotes, en la noche te cuenta sus ruinas personales. Admiro más a un borracho que a un gestor de una multinacional. La luna está muy presente en la literatura. Recuerdo la novela de Kiko Méndez Monasterio, La calle de la luna, por ejemplo. El título de mi poemario es un verso del poema La estación del «buenazo».
Pretende volver a emocionar con la poesía al español medio…un gran reto ¿Considera que hay una gran crisis de poesía?
Emocionar a un español ya es difícil. Veo a un sector de los españoles más pendientes de sus vacaciones en Punta Cana que de enamorarse de verdad. La poesía siempre ha estado en crisis. Hasta Rubén Darío decía del poeta: Pero como no tenía, por hacer versos ni un pan, al acabar de escribirlos, murió de necesidad. Hay una crisis de valores, crisis de todo. La gente sabe quien es Bud Bunny y se creen que Antonio Machado es una estación de metro y que Luis Rosales es un perfume. Mi sueño es ver a ese pueblo creado por Jose Luis Cuerda en Amanece que no es poco. Un pueblo con devoción por Fuldner. Ahora existe devoción por seres inertes e insensibles.
¿Quiénes son sus autores de referencia?
Agustín de Foxá, Luis Alberto de Cuenca, los hermanos Machado, Miguel Hernández, Ruben Darío, Lope de Vega, Santa Teresa de Jesús, Joaquín Sabina… todos españoles, o hispanos, porque sí.
¿Por qué poemas de verso libre?
Creo que por salir del encorsetamiento que suponen otros estilos. Me encanta el soneto. El verso libre te hace poder decir y hacer lo que te dé la gana.
¿Cómo definiría su estilo poético?
Mi estilo es solo una manera de querer ligar con las limitaciones que yo tengo. Si midiese 1,85, fuese guapo como Cayetano Rivera, y si tuviese el cuerpo de Espartaco, no escribiría poesía con este estilo mezclado entre mendigo de sentimientos y macarrilla mal avenido.
¿Se podría decir que es un poemario de vivencias, con una cosmovisión cristiana?
Soy cristiano por la gracia de Dios. Soy cristiano hasta cuando peco. En este poema soy cristiano desde el primer verso hasta el último. Amo lo bello, lo bueno y lo excelso, todo eso nos lo enseñó Cristo. La Biblia está llena de poesía. Eso sí, soy pecador y no trato de esconderme. Soy pecador y a pesar de lo que conlleva, no trato de vender una perfección que no es humana.
¿Puede haber una contradicción entre la visión romántica y el catolicismo tradicional?
No hay que confundir catolicismo tradicional con meapilismo. ¿En que encíclica, en que versículo de las cartas paulinas dice que ser romántico, que ponerse guapa o llevar tacones sea pecado? Nada hay más tradicional, en una época de relativismo y egoísmo, que enamorar a una mujer llevándola a cenar o escribiéndole poemas. Vivan los caballeros. Dios nos llama a amar con pasión y no como aman los del Club de Campo.
Por último se declara incapaz, por ahora, de encontrar el amor verdadero…¿Hay en sus poemas un desencanto y pesimismo por eso?
Hay insatisfacción que dirían los Rolling Stones. Debe ser que no ha sido el momento. He encontrado mujeres que me han dejado huella en mi vida pero todas por hache o por be, me han mandado a la mierda. Algo estaremos haciendo mal, pero no dejamos de intentarlo. En España el que resiste vence.