Qué te parecería sí, para comenzar, nos expusieras algo de tu trayectoria personal y profesional con el fin de que nuestros seguidores puedan conocerte mejor.
Bueno… yo ya soy un joven algo maduro… Tengo 70 años cumplidos, y mi trayectoria profesional ha discurrido por ámbitos bien diversos a los que ahora me dedico.
De joven entré a trabajar en un banco, donde fui escalando profesionalmente al tiempo que cursaba mis estudios, que no acabaron coincidiendo con los intereses del banco, y tampoco exactamente con mis propios intereses.
Me licencié en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Barcelona, y continué trabajando en la banca hasta que, recién cumplidos los cincuenta, el banco no tuvo mejor idea que retirarme para que pudiese dedicarme al estudio de lo que más me gustaba: la Historia.
Intenté doctorarme en Historia, pero ante las pegas que iba recibiendo decidí dedicarme al estudio de la Historia de forma autodidacta.
Desde ese momento he llegado a escribir más de cuarenta trabajos que abarcan distintos aspectos desde el siglo I antes de Cristo, hasta 1898, siendo que tengo publicados tres: “El fin del Imperio de España en América”, “El Cantonalismo” y “1898, un hito en la gran traición”, más una novela histórica: “El primero de los insurgentes”, y un cuento en torno a D. Quijote: “El aprendiz de Quijote”
En la actualidad formo parte del Instituto de Geopolítica y Estudios Estratégicos, que D.M. se celebrará en Cartagena de Indias entre los días 14 a 19 de mayo próximo, donde tendrá lugar el nacimiento de la Universidad pan hispánica Blas de Lezo.
Bien, cómo calificarías tu relación con la historia de España, y más concretamente, tus investigaciones sobre ella ¿Algún hecho o momento en concreto que recuerdes con especial afecto en relación a ésta cuestión?
Creo que parte de la respuesta, o la esencia de la respuesta ya ha quedado expuesta. Desde siempre ha sido manifiesta mi pasión por la historia, hasta el extremo que mi tesis de licenciatura versó sobre un acontecimiento histórico: los campamentos del Frente de Juventudes, obra que por cierto también publique en papel en su día y hoy es accesible en mi blog www.cesareojarabo.es
Me preguntas de algún hecho y de algún afecto. Tengo muchos, y de entre ellos, la Escuela de Salamanca, que ha dado al mundo desde el derecho internacional hasta el calendario que hoy utilizamos, que posibilitó el descubrimiento de América; que con el descubrimiento de la longitud posibilitó dar la vuelta al mundo al tiempo que se creaba una red comercial global que ponía en España, y desde España en Europa, y en San Petersburgo, bienes producidos en la India, en China o en Filipinas; y en esos lugares bienes producidos en España y en Europa.
Una escuela que dio lugar a la creación de un monumento del Derecho como son las Leyes de Indias, referencia de todos los derechos humanos y del derecho internacional; una escuela gracias a la cual se incardinó a la población indígena de América y de Filipinas en el derecho español, y una escuela de Salamanca que promulgó la igualdad de todos los hombres.
Pero es que, a partir de ahí nos encontramos con una catarata de cuestiones dignas de ser recordadas con especial afecto. Ahí tenemos el Hospital Real de Naturales creado por Hernán Cortés tras la toma de Tenochtitlan y que no es más que el principal de los 155 hospitales que fueron construidos en la Nueva España a lo largo del siglo XVI.
¿Y qué podemos decir del Juzgado General de indios? Las Leyes de Burgos de 1512 y más tarde las Leyes Nuevas de Indias reconocerían privilegios a los indios que por mor de la diferencia de culturas eran desconocidos por los beneficiarios, lo que en la práctica hacía que quedasen al albur de las circunstancias.
Preocupada la Corona, generó y potenció una administración fuerte y ajena a los intereses de los colonizadores, formando un cuerpo de funcionarios jóvenes y educados en derecho. Y entre esos jóvenes no faltaban indios, como el licenciado Luis Ximénez de Mendoza, cacique de Tlaxcala y sacerdote.
Y esta labor jurídica estaba apoyada por otra figura jurídica: el protector de indios, figura cuyo origen podemos encontrarlo en el Defensor de la Plebe romano o en el Justicia de Aragón. El asunto requeriría años de trabajo constante, y a eso se dedicó la Monarquía hispánica. En 1620 los Protectores Generales de los indios adquirieron el título de fiscales protectores, equiparados con el fiscal civil y el del crimen
Para 1532, ya era conocido el protector de indios, que debía velar en concreto por el cumplimiento de la real cédula de 2 de mayo de 1530 que prohibía esclavizar a los naturales aun en guerra justa, comerciar con esclavos y recibirlos de los gobernantes indios.
En cuanto a la educación, si la normalidad educativa en América nos presenta naturales como sacerdotes y como abogados, lo extraordinario lo encontramos en las misiones jesuíticas del Paraguay, donde, además, los naturales eran formados en el arte de la guerra con el objetivo de que se defendiesen de las incursiones de esclavistas en su territorio, y muy especialmente en la música, llegando a desarrollar su actividad hasta niveles que nada deben envidiar a la música compuesta en Europa.
Estas circunstancias, que podemos constatar que en absoluto eran anecdóticas, sino bien al contrario comunes, posibilitaron que la conquista se produjese en gran parte, mediante pactos.
Si Hernán Cortés pudo tomar Tenochtitlan fue gracias a los pactos con los tlaxcaltecas, y los pactos siguieron firmándose con otros pueblos.
Tal sucedería en el caso del Tahuantinsuyo, donde se dio pie a un entramado de relaciones políticas que convivían con otros dos frentes de conquista: la guerra y la evangelización.
Pero en el primero de los supuestos, la guerra, tenía prevalencia otro medio: el pacto. Así, los tratados se hicieron desde un primer momento, pero es a finales del siglo XVI cuando queda estipulado cómo debe sellarse ese tratado.
¿Y qué podemos decir del tratamiento del agua? Digamos sólo una palabra: acueducto. ¿Qué imagina una persona cuando escucha esa palabra? Con toda seguridad una espectacular obra romana. Y no se equivoca.
Pero el sistema hidráulico, que ciertamente estaba desarrollado en América, tiene un referente que inequívocamente nos conduce a la acción de España, sin que, por supuesto deba echar en el olvido un espectacular ejemplo que nada tiene que envidiar a los acueductos romanos, y fue creado por la cultura Nazca en el Perú pre incaico. Un sistema hidráulico subterráneo, único en América, que permitía el acceso al agua durante todo el año en uno de los más áridos desiertos del mundo.
Miles de kilómetros y de años separen los hechos, pero es justo encontrar el maridaje de Nazca con la Nueva España.
El padre Francisco de Tembleque, natural de Tembleque, recibió en 1542 el encargo de realizar un proyecto para la construcción de un acueducto. Al desarrollo del mismo le dedicaría diecisiete años, de 1543 a 1560, y su realización acabaría siendo una obra de ingeniería sin precedentes en América.
Un trazado de 34 kilómetros que unía Cempoala y Otumba conduciría las aguas. Una obra magnífica que requirió la construcción de una arquería que contaba con 68 arcos de medio punto y cuatro arquerías, 1.020 metros de longitud, contando con un arco mayor de 38,75 m. de altura y 17 m. de ancho…
También podemos hablar del arte virreinal o del alcantarillado, y, ¡por qué no!, de la evangelización, o de los indios conquistadores o gobernadores, o encomenderos. La principal encomienda estaba bajo la tutela de Isabel Moctezuma, hija de Moctezuma Xocoyotzin.
Hay muchos más capítulos que merecen mi especial afecto, pero mejor lo dejamos aquí.
Actualmente una de las actividades a la que dedicas más tiempo y pasión podría ser la reinterpretación de la historia española contemporánea ¿Podrías hablarnos de tu trayectoria en este mundo en cuestión? ¿Qué aportaciones o correcciones has aportado a la historiografía clásica?
Lejos de mí está pretender marcar una dirección historiográfica. Yo no soy nadie. Sólo soy un aficionadillo a la Historia, que además tiene una pésima memoria.
Yo sólo me dediqué a estudiar historia porque coincidieron dos circunstancias: la primera es que desde siempre me ha gustado la historia, y la segunda que mi situación laboral me permitió satisfacer ese placer.
A partir de ahí todo lo demás. Más de tres decenas de trabajos dispuestos a ser enviados a la imprenta. Mal asunto, o bueno, porque las editoriales, cuando va bien la cosa, publican una como máximo al año, y a este paso, lo que ahora tengo escrito me alarga la vida hasta cerca de los 110 años, y si sumamos las nuevas producciones… Bien, seguiré escribiendo.
Y en cuanto a lo de interpretación. Sería falaz si dijese que soy inocuo para lo que toco. Creo que todo creador deja impronta de sí mismo en su trabajo; por tanto, creo que me involucro y tomo parte por aquello que veo justo, bello y bueno, pero puedo decir que lo evito hasta donde puedo; que honradamente me esfuerzo por ser imparcial.
Sólo quiero dar a conocer la historia de España, ya que entiendo que nos ha sido ocultada de forma delictiva, con la aviesa intención de hacernos desconocer nuestro pasado.
Desde 1700 los esfuerzos llevados a cabo para que el pueblo español desconociese lo acontecido al amparo de la Casa de Austria y de los Reyes Católicos, son manifiestos, y el tratamiento dado a la historia de España, desde los medios del Estado, a partir del siglo XIX, son dignos de un estudio especial, sumarísimo.
¿Por qué sucede tal cosa? También es algo digno de ser estudiado pormenorizadamente, y no soy yo persona cualificada para determinarlo. Yo sólo soy un aprendiz de la historia.
Me preguntas qué aportes hago a la historiografía clásica, y tengo que responder que ninguno. Yo no soy un historiador formado en las facultades de ninguna universidad. No creo que mi actividad signifique un aporte importante a la historiografía; lo que creo es que saco a la luz lo que otros, en mejor posición que yo, no hacen.
Saber, saben, y eso queda manifiestamente claro cuando se habla con cualquiera de ellos. Entonces, ¿por qué no sacan a la luz lo que sacamos quienes como yo mismo no vivimos de la historia?
Si lo hiciesen, no serían discutidos, como no somos nosotros discutidos por ellos. Si lo hiciesen cumplirían un gran servicio a la sociedad, y tal vez, sólo tal vez, repercutiría negativamente en ellos.
Tal vez el asunto es sólo un plato de lentejas.
Podría alargarme bastante más en el asunto, pero bastantes enemigos tengo.
El desconocimiento de la historia nos condena a repetirla? ¿Qué podrías decirnos al respecto desde tu punto de vista personal? ¿Qué consecuencias podría tener su desconocimiento o ignorancia sobre las futuras generaciones y en libertad de los seres humanos?
Por supuestísimo. De hecho, la vamos repitiendo constantemente. Tendría que llamarme poderosamente la atención, pero evidentemente no lo hace, que bastantes de mis lectores hagan comentarios al respecto señalando que parece en mis relatos que esté dando noticias del día. Yo también lo creo a veces.
Pero no, son acontecimiento acaecidos siglos atrás, pero acontecimientos que han sido ocultados voluntariamente. ¿Por qué han sido ocultados?
Evidentemente yo tengo mi teoría, pero no puedo exponerla. Debe ser el lector, debe ser el oyente quién recapacite sobre los hechos que relato y que procuro no comentar, aunque confieso que para mí es tarea francamente difícil, como difícil es responder esta pregunta, porque el oyente rechaza lo que yo quisiera decir y consiguientemente rechaza a quién lo dice.
Personalmente, será por la edad, me trae sin cuidado ser rechazado, pero me molesta bastante que sea rechazado lo que de forma natural surgirá en la mente de una persona normal cuando sea conocedora de hechos históricos que le han sido metódicamente ocultados en beneficio de no se sabe exactamente quién (y vuelvo a pedir que me sea aceptado el eufemismo, porque sí sabemos quién, pero debe ser cada uno quién lo descubra).
¿Tus conclusiones y teorías vienen a defender un gran predominio del poder anglo-sajón sobre España y el resto del mundo? ¿Puedes explicitarnos qué te ha hecho llegar a esas conclusiones?
Ni más ni menos que los mismos hechos que rodean todos los acontecimientos.
Hoy, cuando somos colonia británica, nos es vendida esa triste realidad bajo la figura de que somos sus “aliados”, sin que el incauto caiga en la cuenta de que Inglaterra, y no lo digo yo, sino ellos, tiene intereses, no aliados.
Hasta ahí seguiría sin pasar nada. Pero sólo hay que zambullirse en la historia para darnos cuenta que, después que Felipe II abandonase el trono (consorte) de Inglaterra, en el que para mayor inri aupó a quienes luego fueron piratas que lucharon encarnizadamente contra España, Inglaterra, junto a Holanda, inició una campaña secular de delincuencia internacional cuyo prácticamente único enemigo era España. Y digo “enemigo”, y no víctima, porque afortunadamente, los éxitos de los piratas, tanto sobre los barcos como contra las extensísimas costas españolas, nunca alcanzaron un porcentaje que llegase a los dos guarismos.
Ha sido con el desarrollo de la cinematografía y la subordinación cultural, cuando el mundo anglosajón ha vencido con sus piratas.
El mundo anglosajón comenzó a dar la vuelta a su impotencia con el siglo XVIII. Se dirá que entre 1585 y 1783 se libraron ocho guerras entre España e Inglaterra, de las que cinco se produjeron a lo largo del siglo XVIII, lo que contradice la tesis, pero es que, con la llegada de la Ilustración a España, llegaba la mano larga de Inglaterra.
Pero si era Francia quién dominaba España en el siglo XVIII… Una Francia que había llegado al trono de España el año 1700, tras haber roto la alianza con Inglaterra para instaurar un rey a su conveniencia y después que, desde 1494 hasta 1659 se hubiesen librado ocho guerras que ocuparon en conjunto cincuenta y dos años, siendo que en concreto las dos últimas fueron de especial humillación para España, cuyo reflejo es la paz de Westfalia y Munster en el caso de la Guerra de los Treinta años, y la paz de los Pirineos de 1659, en que quedaba mutilada España.
¿Había dejado Francia de ser enemiga de España? Rey francés había en el trono español…
Durante el siglo XVIII, la España dominada peleaba contra Inglaterra y lo hacía de forma victoriosa, pero, ¿dónde estaban los intereses? ¿Por qué tras la batalla de Cartagena de Indias, donde quedó destruida la flota británica, no fue reconquistada Jamaica? ¿Acuerdo Francia-Inglaterra?
A lo largo del siglo XVIII el objetivo principal fue desmontar la obra de los Reyes Católicos y la Casa de Austria. Merced a la labor desarrollada por la Ilustración, la educación conoció un retraso histórico, siendo que la alfabetización para principios del siglo XVIII llegaba a menos del 20% de la población, y en 1856 ese porcentaje era todavía menor.
Pero es que a principios del siglo XVII tenía porcentajes cercanos al 50%. ¿Qué había pasado por medio? Muchas cosas; entre ellas, la Ilustración, aliada en esos momentos del absolutismo.
España perdía en cultura general y retrocedía en derechos. Las reformas borbónicas ocasionaron graves conflictos en América, y hasta llegaron a implantar cierto grado de segregación racial que llegó a las universidades. Algo inaudito en la España de siglos anteriores.
Y con la invasión napoleónica llegó el recambio en el orden de dominar España.
Si en 1700 Luis XIV de Francia accedía al trono de España en la cabeza de su nieto, en 1808 era Sir Arthur Wellesley quien a punto estuvo de ser coronado rey de España. Algo debió suceder para que Inglaterra desestimase la ocasión.
Sin embargo, el mismo comandante de la armada británica que en 1808 estaba dispuesta para atacar Buenos Aires, pasó a ser capitán general de los ejércitos de España en su lucha contra Napoleón.
La primera actuación de Wellesley sería la destrucción de los castillos que asediaban Gibraltar. Y todo sería coronado después cuando Fernando VII lo nombró Duque de Ciudad Rodrigo y Grande de España, título que siguen ostentando sus descendientes.
Pero no terminaría ahí la acción británica. Bien al contrario continuaría en América, donde a través de sus agentes, San Martín, Bolívar, Sucre, O’Higgins, Zapiola, Maroto, Espartero, Calomarde, Mendizábal o Riego, conseguirían sus objetivos de romper España, al tiempo que la inundaban de miseria. Tengamos en cuenta que en esos momentos, México y Lima eran las dos ciudades más importantes del mundo.
Pero su éxito es mayor, hasta el extremo que hoy desconocemos todo lo que España ha hecho por la Humanidad, nos creemos lo que Inglaterra nos dice sobre la Inquisición o sobre la Conquista de América, y desconocemos las villanías y genocidios que a lo largo de la historia ha realizado Inglaterra con sus flotas de piratas, con sus compañías de esclavos, con sus genocidios allí donde han ido, y con las guerras que han librado por defender sus derechos a vender droga.
Y para colmo, habrá quién escuchando esto, y en concreto la última afirmación, se atreverá a decir que son exabruptos, cuando un mínimo conocimiento del asunto nos descubre que aún nos quedamos cortos, pues, habiendo sido promotora del final del tráfico de esclavos después de haber tenido una flota hegemónica para tal fin, acabó utilizándola para transportar a su propia población a Australia y Nueva Zelanda, donde la caza de aborígenes era deporte nacional hasta que en 1945, con motivo del proceso de Núremberg acabaron prohibiéndola.
Llamas al tradicional “Desastre del 98” como la “Traición del 98” ¿Por qué?
Porque con todos los datos sobre la mesa sólo hay incógnitas imposibles de resolver.
Por otra parte, los hechos del 98 tienen su gestación a lo largo de todo el siglo XIX.
Desde el principio, y más concretamente después de Ayacucho, era un conocimiento cierto que el resto de la España transoceánica iba a ser separado, más pronto que tarde de lo que ya quedaba de España.
Y a mitad de camino, un hecho contradictorio: En 1861 Santo Domingo se reincorpora a la unidad nacional, lo que motiva una nota diplomática británica donde señala que no quieren inmiscuirse en los asuntos del país, si bien se queja y señala que no veía conveniente la reincorporación.
No tardaría el gobierno español en desmontar la operación iniciada por dominicanos.
Ya el presidente O’Donnell había intentado torpedear la operación en 1860, cuando empezaba a hablarse del asunto, y es que España era una colonia británica. Tengamos en cuenta que ya en 1843, el secretario del Consejo de Ministros, Vicente Sancho, reconoció públicamente que Inglaterra consideraba a España su protectorado, por lo que las acciones tendentes a evitar la reunificación de Santo Domingo eran frenéticas, no sólo en la isla, sino, como había sucedido con las guerras separatistas que culminaron con la separación de la América continental, desde el propio gobierno de Madrid.
Todos los elementos dependientes de Inglaterra; los generales Rivero y Dulce, el general Gándara, la prensa, O’Donnell, operaban de forma que se puede intuir una servidumbre manifiesta a los intereses extranjeros, hasta el extremo de hacer llegar a la prensa y a los rebeldes dominicanos generados por la acción de Inglaterra, decisiones que no habían sido comunicadas a los representantes del estado en Santo Domingo.
El general Gándara tenía prohibida toda acción militar, y finalmente, el 10 de enero de 1865 se redactaba el proyecto de ley derogando el decreto de 19 de mayo de 1861 por el que se reincorporaba a España el territorio de la República Dominicana, y seis meses después, el 10 de Julio, se inicia la evacuación de Santo Domingo, que se constituye como república independiente el día 11.
Y en 1868, se retomaría en conflicto en Cuba. El 10 de octubre, los separatistas cubanos, apoyados por EE.UU., dieron el conocido como «grito de la independencia» mientras Prim gestionaba vender la isla a los Estados Unidos.
EEUU e Inglaterra, entre 1868 y 1875 apoyaron la intentona separatista con 28 expediciones marítimas, cuyos buques y derrota quedaron plenamente identificados.
Y llegó 1898… Pero antes veamos otro acontecimiento de principal envergadura.
En 1884 Isaac Peral presentó el primer prototipo del submarino; el ministro Manuel de la Pezuela le dio el visto bueno y dio carácter de confidencialidad al asunto, pero el presidente Cánovas se dedicaba a hacer chascarrillos sobre el asunto, y nunca asistió a ninguna prueba.
En 1885 hubo cambio de gobierno y Pezuela fue sustituido por José Mª Beránger, que rompió el secreto y en breve plazo se hizo público que Inglaterra estaba en trámites para la construcción de un submarino, mientras el gobierno español ponía pegas señalando que el proyecto sólo conseguiría hacer renacer en el pueblo español ideas de reconquista.
En 1888 Basil Zaharoff, el mercader de la muerte, compró la fábrica de armamento Euscalduna, sin que el gobierno pusiese la menor pega. Y es que Zaharoff tenía abiertas todas las puertas, hasta el extremo que llegó a inspeccionar el submarino sin que Peral tuviese conocimiento.
Pero Beránger no podía paralizar la construcción, por lo que se dedicó a poner pegas y posibilitar sabotajes que inexorablemente eran resueltos satisfactoriamente por Peral.
Se le prohibió realizar una prueba fundamental cual era atravesar el estrecho de Gibraltar en inmersión, y se le impuso la prueba trampa que significó su desmantelamiento, consistente en hacerse invisible ante centenares de vigías que esperaban su aparición. Evidentemente fue localizado, lo que firmó la sentencia de muerte del arma que necesitaba España.
Llegado el año 1898, y ya eliminado Cánovas como consecuencia de no haber cumplido lo que de él se esperaba, en marzo de 1898, los EEUU hicieron una oferta de trescientos millones de dólares por Cuba y Puerto Rico a la reina regente María Cristina y un millón de dólares para los miembros del gobierno español en concepto de comisiones.
Pero la oferta no podía ser aceptada ni por la regente ni por el gobierno, ya que hubiese significado un levantamiento en la península. Se imponía un teatro trágico para salvar los trastos de la monarquía y del gobierno.
El 25 de abril fue declarada formalmente la situación de guerra entre los EEUU y España ¡Con efectos retroactivos al 21!
Y aquí comienza otro relato fantástico con el que se ha ocultado la verdad al pueblo español durante más de dos siglos, en los que se nos ha dicho que la Armada Española estaba constituida por buques de madera, muy inferiores por tanto a la armada usense. Muy lejos todo de la realidad, siendo que los buques que participaron en el combate de Santiago habían sido construidos entre 1890 y 1896, mientras los buques usenses habían sido construidos entre 1888 y 1896 y tenían una velocidad similar, siendo mque la artillería española era superior a la artillería usense, y siendo que la pericia de los marinos usenses no estaba a la altura de la de los españoles.
A todo esto, se une que las minas Bustamante no fueron utilizadas en número acorde con lo que requería la situación, y lo que es peor, las que se colocaron, a lo que parece, no llevaban detonadores. Estas minas se podían explosionar desde la costa y por contacto. No explotó ninguna.
Y finalmente, la actuación estelar del almirante Cervera.
Me ha costado mucho llegar a la conclusión que tengo sobre el asunto; tanto que, a pesar del cúmulo de dudas que se agolpaban mientras realizaba mi trabajo, libro de culpas al almirante Cervera.
Pero Cervera, en Azores, desmontó el armamento de los cruceros y de los destructores, supuestamente porque estaban averiados.
Y después, en vez de dirigirse a Cuba anduvo errante de Martinica a Curaçao y de Curaçao a Santiago de Cuba, supuestamente buscando carbón y en la práctica gastándolo, y luego, un experto militar como era, no llevó la escuadra a La Habana, lo que hubiera evitado su destrucción, sino que se encerró en Santiago.
Pero es que, además, aceptando que su arribo a Santiago tuviese justificación; aceptando la justificación de la excursión por el Caribe; aceptando el desmontaje de los cañones; aceptando la necesidad de poner en marcha las máquinas a deshora; aceptando el desembarco del práctico en la bocana del puerto; aceptando que era conveniente que los buques más ofensivos quedasen a retaguardia; ¿Por qué, ya en esa situación no se negó a cumplir la orden de salir de puerto, desmontó los cañones y los ubicó en la costa?
El almirante Cervera consiguió engañar a quién siguiera su relato, en concreto a mí, que he acusado de traición al gobierno y de forma equivocada he excluido de esa acusación a Cervera.
¿Y la actuación en tierra? El ejército usense era un juguete para el ejército español. Nada podía hacer, armado además con fusiles Krag contra quienes estaban equipados con un fusil máuser y además de estar aclimatados a la manigua conformaban un impresionante ejército en cuanto a número de soldados y en cuanto a capacidad militar de sus mandos.
El desembarco del general Shafter en Daiquiri y Siboney también es tema a estudiar, ya que desembarcó en una operación que sólo pudo efectuarse con la aquiescencia del general Linares.
A pesar de todo, las escasas fuerzas que Linares puso, presumiblemente para salvar el expediente, pusieron en jaque al ejército úsense, y Shafter planteó la retirada. Si posteriormente Cervera no hubiese llevado la letal salida de la armada, la retirada úsense hubiese sido efectiva.
Por otra parte, la capitulación de Santiago tiene también sus misterios. El general Linares delegó las negociaciones en Toral, que fue convencido por el general usense Miles. ¿Influyó la información que Miles debió transmitir a Toral sobre el teniente general Luis Manuel Pando, comandante general del ejército de Cuba, que en aquellos momentos estaba en Tampa, en territorio enemigo? ¿Qué hacía el jefe de operaciones, en plena guerra, en territorio enemigo?
Sea como fuere, Linares fue laureado y tuvo una gran carrera. Toral acabó loco, ingresado en un hospital, y abandonado.
Y si hablamos de Montojo en Filipinas… Más de lo mismo. El resultado obtenido no dejó de sorprender a casi todos.
Montojo se había señalado como uno de los principales enemigos de Peral, y en Cavite llevó a efecto un nuevo acto de la farsa. Presentó batalla en alta mar, lejos de las baterías de costa, que no pudieron prestar apoyo, tras haber permitido que la armas usense pasase sin recibir un disparo desde las baterías de costa instaladas en el camino de Manila.
Carlos Ría, militar que estuvo presente en la batalla critica ese hecho y asevera que Montojo obró del mejor modo posible para perder los barcos.
Además, la derrota fue magnificada por la acción del propio mando español, pues los barcos fueron abandonados en lugar de intentar sofocar los incendios. Pero es que el resto de la flota fue hundida por sus propios tripulantes, que no llegaron a presentar combate.
La acción sería completada en tierra con la actuación del general Augustín, que aplicó tácticas equivalentes a las aplicadas por Montojo en el mar.
Pero es que la farsa no acabaría ahí.
Así como el gobierno no fue capaz de guardar el secreto del submarino, si fue capaz de guardar el secreto de la venta a Alemania de las Marianas, Palaos y Carolinas, llevado a efecto en 1899, y que en definitiva obedeció a un acuerdo previo que garantizaba la presencia de Alemania, que se veía excluida de Filipinas.
Estos archipiélagos habían sido vendidos el 10 de diciembre de 1898 por 25 millones de pesetas, saltándose la legislación española, porque el señor Sagasta estimaba que no ofrecían utilidad después de perdidas las Filipinas, siendo dudoso que los beneficios comerciales o de orden internacional compensaran el gasto de sostenimiento.
Con todas esas incógnitas, con todos esos hechos fehacientes, parece que el desastre está garantizado, lo que nos lleva a deducir que, más que de un desastre se trata de una traición.
Puedes hablarnos de la influencia de la masonería en la historia contemporánea de España.
La Masonería es la punta de lanza de la acción británica, en principio dirigida contra España. Tengamos en cuenta que la masonería fue creada oficialmente en 1717, que su gran maestre es el príncipe de Gales, que venía a ser el instrumento que perfeccionaría la propuesta para humillar a España planteada por el Foreing Office en 1711.
Desde ese primer momento inician su actividad. Son actores principales del movimiento de la Ilustración, con el que entran de tapadillo en el siglo XVIII, y en el siglo XIX se expande hasta el extremo que era raro el político, militar o periodista que no tuviese relación con la masonería.
Ella fue la principal arma utilizada en la destrucción de España, y ella sería la responsable de culminar la gran traición del 98. ¡Hasta se fundó una logia en la sede de la inquisición!
Y serían responsables de la sublevación de Riego, del sabotaje al submarino Peral o de la derrota pactada de Cavite y de Santiago.
Todos ellos son los que he dado en bautizar como “agentes británicos”, en el convencimiento que, efectivamente lo eran, como lo son hoy sus sucesores.
Controlaron la economía, la política, la prensa, los medios de producción, y era raro, desde mediado el siglo XVIII, el político, militar o periodista que no tuviese relación con la masonería.
Y esos agentes británicos son los que organizan los partidos que enfrentan a los españoles, de derechas, de izquierdas y de centro, que se muestran acordes a la hora de actuar, y lo demuestran en hechos tan relevantes como el acoso y derribo del proyecto del submarino, la sublevación de cabezas de San Juan, Ayacucho o el desastre del 98.
Los actuales conflictos bélicos (Ucrania, Franja de Gaza), ¿Pueden responder a directrices diferentes a las que nos venden los medios de comunicación social?
No soy experto en casi nada, y menos en política internacional, pero por supuesto estoy convencido que están dirigidos por los mismos medios que en su momento fue dirigida la caída del Imperio Austro Húngaro, la Revolución Rusa o la Guerra del Opio.
No dudo que el recrudecimiento del conflicto en Gaza ha sido promovido por Rusia al objeto de debilitar el apoyo militar anglo usense a Ucrania.
Como no dudo que Rusia tiene razón al actuar militarmente cuando a las puertas de su casa se está intentando poner una línea de misiles que amenaza directamente Moscú.
En definitiva, eso mismo, pero a la inversa, sucedió en los años 60 del pasado siglo cuando Rusia instaló misiles en Cuba, a las mismas puertas de los Estados Unidos. En ese momento estuvo a punto de producirse una guerra que sólo fue evitada cuando la URSS desmontó las lanzaderas en Cuba, con el consiguiente malestar por parte de Fidel Castro.
La diferencia entre un asunto y otro es que, según la teoría británica de las relaciones internacionales, todos pueden vivir en paz siempre que se cumpla la voluntad de los británicos.
Y en cuanto a si los conflictos responden a directrices diferentes a las que nos venden los medios de comunicación social, creo que la respuesta es tan evidente que resulta tedioso explicarlo. Por supuesto, los medios de comunicación responden al mismo criterio de los políticos, cuyos extremos creo que ya he dejado apuntados.
Los políticos y los periodistas no hacen sino lo que tienen instruido para el buen gobierno de los pueblos. La prestidigitación es elemento imprescindible para poder triunfar como político o como periodista. El resto viene por añadidura.
¿Cómo ha recibido la historiografía oficial tus teorías y aportaciones?
En principio he tardado muchos años en recibir algún tipo de respuesta por parte de nadie. Hace 20 años, logré tomar contacto con un ramillete de personas que sentían mi misma preocupación. Una es filipina; otra californiana; dos argentinas, una uruguaya, y así se mantuvo mi relación con personas que tenían mis mismas inquietudes. Hasta el confinamiento por el Covid 19, cuando la nómina creció espectacularmente y me di cuenta que en mi misma situación se habían encontrado por mucho tiempo muchas otras personas cuyo conocimiento de los aspectos más variados de nuestra historia me causaban una gran satisfacción.
A partir de esa fecha se ha notado una eclosión en el interés general por la historia de España. Pero siempre, salvo en contadas ocasiones, las personas que se preocupaban de estos temas estaban fuera del ámbito académico. Se trataba, como en mi caso, de personas estudiosas preocupadas por el conocimiento de la verdad histórica.
Últimamente voy teniendo contacto con personas que se encuentran en el ámbito académico, pero el porcentaje de las mismas sigue siendo menor. La sorpresa es que están de acuerdo en lo que el grupo de advenedizos venimos proclamando.
La pregunta que nunca haré, por respeto, es por qué hasta la fecha no han sido ellos quienes sacasen a la luz lo que los aficionados estamos haciendo.
Sigo echando en falta el compromiso de la Real Academia de la Historia.
A nivel personal o individual ¿Qué consideras que puede hacer o aportar la gente común a la sociedad en general?
La gente común, tú, yo, debe aportarlo todo. La cuestión va de aprender, solo o en compañía; la cuestión va de no ser perezoso, de aprender a apagar la televisión, de aprender a no escuchar la radio y a no leer la prensa subvencionada.
A partir de ahí, que cada cual se aplique a aquello que mejor se acople a su idiosincrasia; que dedique parte de su tiempo a formarse, a ser posible a beber intelectualmente en los márgenes del sistema, siendo curioso, interesándose por aquellas cuestiones que el sistema oculta; interesándose por conocer, al margen del sistema, aquellas cuestiones que el sistema defiende o que el sistema combate.
Y como a mí me apasiona la historia, no me queda otra que animar a todos a profundizar en la misma. No les digo que lean mis libros, que sí me interesa que los lean, pero prefiero que aborden con criterio propio los hechos que yo mismo abordo.
Siendo, en una palabra, libre a pesar de las circunstancias.
Y ya, por último, para terminar, ¿te gustaría añadir algo más a esta entrevista?
Gracias por la oportunidad. Sí, me gustaría añadir algo que tiene especial relación con lo que estamos hablando.
Se trata del primer congreso para la reunificación de la Hispanidad, que D.M. se celebrará en Cartagena de Indias entre los días 14 y 19 del próximo mes de mayo, en que nos reuniremos más de un centenar de personas comprometidas en la fundación de la Universidad panhispánica Blas de Lezo.
En el curso del congreso difundirán su mensaje más de treinta conferenciantes de todos los lugares de la Hispanidad, y se podrá disfrutar de eventos artísticos y culturales, así como del lanzamiento de obras literarias destapando aspectos de la Hispanidad que de un modo u otro han sido ocultados hasta el momento.
Quiero invitar a los oyentes al mismo. No pierdan la oportunidad de asistir a uno de los eventos más importantes de la Hispanidad de los últimos doscientos años.
Los invito para que se pongan en contacto conmigo, a través de mi correo pensahispa@gmail.com, a través de mi enlace en YouTube, pensamiento hispánico, o a través de mi sitio en internet www.cesareojarabo.es
Muchas gracias.