Serapio Gulló tenía 62 años era desde hacia más de 36 años limpiabotas, conocidísimo en Madrid, era uno de los que estaban en la puerta del hoy desaparecido cine Palacio de la Música en la Gran Vía Madrileña, en su caja de limpia llevaba claveteadas fotografías de su paso por la Legión y cuando le daba alguién palique, le enseñaba el interior donde aparecia cierta condecoración y te contaba de «Pe a Pa» una historia cuasí, cuasí increible…
Cierto día en 1.985, fuí al cine con mi señora y otro matrimonio amigo…
Pués bien me puse a limpiarme los zapatos sin reparar mucho en el limpia…
Lo que me llamó la atención fueron los tatuajes de los brazos…
Legionarios todos ellos, después me fijé más en aquel hombre enjuto con cara de pito y una colilla en la comisura de los labios, ¡coño! creí reconocerlo, o por lo menos me sonaban sus facciones…
¿Ha sido vd legionario?
Le pregunté…
Entonces para mí sorpresa me dijó
Si mi Teniente.
¿No se acuerda vd de mí?
Le dije que no caía…
entonces me habló del Sahara, de las salidas al campo ,de Hagunia, de Smara, del fuerte Chacal, de El Farsia, de Guelta Zemur de Tifariti, de las patrullas para liberar al soldado médico Sastre Papiol secuestrado por los polisarios…me quedé pasmado…
Aquel limpiabotas con pinta de «esmirriao» era uno de mis camaradas de armas…
¡Dios mio como estaba en aquella situación!
Como sería que Carmen y mis amigos entraron al cine y yo me quedé invitándole a una copa.
Charlamos durante casí dos horas, me contó su vida y visicitudes.
Fué cuándo verdaderamente me dí cuenta lo mal que paga el Estado y sus gobiernos de turno a sus veteranos los servicios prestados…
Viejos, fieles y leales soldados, olvidados en el más profundo ostracismo de la indiferencia.
Me dijo que estaba con la Hermandad y que allí comia y cenaba…
Desde aquel día siempre le ví en todos los actos que se desarrollaban en torno a la Legión.
No puedo decir que fuera mi amigo…
Amigos se hacen pocos en el ejército, pero sí camarada de armas como muchos otros…
En fin ya vamos cayendo, la parca viene con su inexorable guadaña a segarnos.
Y como dice el testimonio de Luis…
¡Nos presentaremos ante el Señor solamente con nuestro bagaje dentro de la bolsa de costado en la que llevaremos nuestro paso por la Legión!
En recuerdo de Serapio Gulló, Caballero Legionario Español.
«…Somos héroes incógnitos todos, nadie aspire a saber quién soy yo, mil tragedias, de diversos modos, que el correr de la vida formó…
Cada uno será lo que que quiera, nada importa su vida anterior, pero juntos formamos Bandera que da la Legión el más alto honor…»
Autor desconocido leído por la red y compartido.