La epidemia de opiáceos más terrible en EEUU no vino del triángulo del opio de Laos-Camboya -Vientan. No la trajo la mafia siciliana, ni los carteles Colombianos, La provocaron unos camellos de traje corbata y bata blanca.
Corrían los años 90.
En 1989 exactamente
La familia Sackler de religión Judía compro la farmacéutica Purdue Pharma.
Lanzaron al mercado un analgésico bastante más fuerte y adictivo que la heroína llamado Oxicontin.
Los comerciales del producto muy bien pagados por la farmacéutica, dieron cientos de conferencias por todo el país convenciendo a médicos de barrio que era seguro medicar tratar con opioides a pacientes de todo tipo, que esto era la panacea a todas las patologías; es muy difícil cojer adiccion a nuestro producto, decían.
El Oxicontin en unos pocos años se convirtió en el analgésico más recetado para todo tipo de patologías.
El Oxicontin se convirtió en la droga de moda, tanto para ‘personas normales’ como en el mercado negro.
Las pastillas de liberación prolongada, simplemente machacadas hacían un efecto inmediato tan potente como la heroína por lo que llegó a las calles de forma instantánea. Al ser medicinas de farmacia, no tenían tanto rechazo como la maldita heroína y alcanzó a todo tipo de personas que la tomaban como uso recreativo y cayeron al fondo del abismo.
Durante el 2012 se llegaron a prescribir 282 millones de recetas de analgésico opioides, las justas y más para que en cada casa hubiera un bote de pastillas para cualquier dolor, malestar o mal despertar
Cito el artículo del diario Los Angeles Times de mayo de 2016 sobre la crisis de OxyContin que afecta al país:
Según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud del gobierno federal, en los últimos 20 años más de 12 millones de estadounidenses han abusado de OxyContin. Se le atribuye a esta droga el desencadenamiento de la epidemia de opioides recetados en el país, que se ha cobrado más de 300.000 vidas por sobredosis de OxyContin y otros analgésicos desde 1999.
La familia Sackler se portaron como unos estafadores de película del Oeste, vendiendo aceite de serpiente, pero está vez era un producto altamente adictivo que, que supuestamente curaba cualquier enfermedad.
Un aceite de serpiente lleno de crueldad y codicia que desató una epidemia de muerte que al retirarse del mercado desembocó en la multiplicación de la heroína y la aparición del Fentanilo.
Desde su lanzamiento, las ventas de Oxycontin han generado más 40.000 millones de dólares, convirtiendo a los Sackler en una de las familias más ricas del mundo.
En el año 2020 la familia se enfrentó a casi 3.000 demandas judiciales, pero, por supuesto, se las arreglaron para eludirlas. Se pagaron multas que fueron migajas en comparación con las ganancias y Purdue Pharma se declaró en quiebra, mientras que los miles de millones de los Sackler no fueron tocados.
Los Sackler provocaron la crisis de opioides que ha matado a más de 400.000 estadounidenses desde que sacaron el Oxicontin.
Aún falta por contar los estragos causados al retirar del mercado el fármaco y toda esa gente se vio avocada a la heroína y al fentanilo.
Pero no pasa nada Señores, con unas migajas que pago la maldita familia queda resuelta la mayor epidemia de muerte y dolor de la historia de EEUU