Me decidí a escribir sobre el curioso y fatal don Manuel por dar a conocer muchas de sus circunstancias, prácticamente todas desconocidas para la gran mayoría del público. Era un niño pijo y rico que había conseguido arruinar a su familia, naturalmente antes de entrar en política, y que salió millonario de su último cargo.
Durante su reinado batió todos los récords de muertos de hambre, paro, ruina y asesinatos (de políticos, de militares, de policías asesinados por obreros, de obreros por obreros de otros sindicatos y, como premio extraordinario, del jefe de la oposición) y, como perla final, nos ofreció la más terrible guerra civil de nuestra querida España, tan acostumbrada a guerras civiles terribles.
Ruego que si miento en algo de lo que escribo, me lo rebatan, pero naturalmente bien documentado y no con las batallitas habituales del Rebaño.