El festival de cine de San Sebastián, presenta el “documental” preparado ad hoc por el miserable de Evole, de blanqueamiento de Ternera y escarnio de las víctimas, es decir, de toda la sociedad española.
Lo hace mediante una entrevista al asesino de Víctor Legorburu, alcalde de Galdakano y víctima de las que no cuentan, de las fachas, si bien no es que el resto cuenten mucho más.
Ternera, nunca fue juzgado por ello y no lo será, pese a que se acaba de reconocer abiertamente como su asesino, en ese mismo “documental”.
No ocurrirá porque la primera amnistía, la de la transición, borró, eliminó, certifico que nunca había ocurrido o si había ocurrido es porque lo merecía o si no se lo merecía daba igual y no debía ser juzgado ni condenao por aquel asesinato.
Lo que va a ocurrir ahora con los criminales previamente indultados de Cataluña, mediante una nueva amnistía exigida por otra banda separatista, apoyada por otra organización criminal – Ezquerra Republicana – para que otro miserable – Sánchez – retenga el gobierno 4 años más.
Naturalmente Ternera volvió a asesinar muchas veces y a mandar la banda que tanto dolor y sufrimiento nos causó y nos causa a los españoles.
Aún tiene pendiente un juicio y una condena en España, que le costará o debería costarle 2400 años, tal y como les costó titularmente a “Pakito” y a “Fitipaldi” por los mismos hechos, que tampoco cumplieron ni cumplirán.
Pero eso no le impidió ser diputado autonómico ni responsable de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco, para verguenza general del cobarde pueblo español que mira los acontecimientos como la vaca mira al tren.
Ambos hechos, ambas amnistías, es lo que, por lo visto, debemos considerar “normalidad democrática” y “resolución de conflictos”.
Por eso me cago en su democracia un millón de veces y creo cada día más fírmemente, en los asertos de Marinetti, fundador del futurismo, para regenerar la podredumbre social española.
Víctor Legorburu solo obtuvo un reconocimento: el nombre de una de nuestras centurias.
Ternera está sentado a la derecha del próximo lehendakari vasco, Arnaldo Otegui, secuestrador y miembro de la banda asesina, descojonándose de todos nosotros y brindando con champán por los rostros llenos de lágrimas de sus víctimas, como proclamara el asesino fugado De Juana Chaos.
Por eso yo me cago en todos sus muertos y espero pacientemente el día. Porque terminará llegando el día de comparecer.