Nuestro compañero, el capitán de navío y doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, Enrique Tapias, tras el éxito de su anterior libro sobre Colbert y Patiño (2019), nos ofrece estas nuevas «neovidas paralelas», más complejas que las anteriores, pues si bien los primeros fueron ministros de Marina en sus respectivos reinos, los dos que analiza en este nuevo libro, son «marinos de guerra» si se quiere, pero Fadrique totalmente guerrero y Alejandro, científico e ilustrado navegante para, comenzando por el final, terminar en político fracasado. ¿Cuál es entonces el nexo de unión? Sus respectivos enfrentamientos con los validos o primeros ministros que les tocó lidiar, el conde duque de Olivares y Manuel Godoy.
Es muy meritoria la labor de síntesis que hace el autor para condensar en esta obra los detalles más interesantes de las respectivas vidas analizadas, la primera presidida por un hecho de armas fundamental, ocurrido en el famoso annus mirabilis de 1625, la reconquista de bahía de Todos los Santos (Brasil), que los holandeses habían ocupado un año antes; la segunda por un viaje científico de cinco años de duración que no fue una vuelta al mundo pues, la amenaza de rompimiento con la Gran Bretaña, hizo que el regreso desde Nueva Zelanda y la Polinesia, fuese doblando el cabo de Hornos, por donde habían entrado a la Mar del Sur (Pacífico).
Además de ese don para sintetizar, el autor redacta con sencillez y amenidad, haciendo que la lectura de sus páginas sea facilísima para el lector. Y no piensen que Tapias se ha dedicado a hacer sendas hagiografías de sus personajes, ni mucho menos. Fadrique de Toledo tuvo su error estratégico importante «… desestimó la persecución de la flota holandesa (que venía a Bahía, tras largo viaje sin saber si estaba reconquistada). La endeble justificación que dio por no haberse enfrentado a la escuadra enemiga…». Eso conduciría al desastre de la flota de Honduras (1528) y, a la postre, a la ejecución del general Benavides.
Después, a pesar de su flamante título de primer marqués de Villanueva de Valdueza, vinieron los desencuentros con Olivares por su actitud en defensa de su mando de la Armada de la Mar Océana y de la escasa inversión de la Corona en ella, amén de otros asuntos sociales que explica perfectamente el autor. De Malaspina podrán seguir, además de su síntesis biográfica, su largo viaje, al mando de la Descubierta y la Atrevida (al mando del capitán de navío Bustamante) y su desgraciada intervención en política, tratando de que el informe de su viaje llegase a las manos del rey, e incluso montando una conspiración para derrocar a Godoy; un trío femenino, la reina, la marquesa de Matallana (esposa del II marqués, el primero fue Rodrigo de Torres, en 1746, famoso almirante de Galeones y ministro del Consejo de Indias) y María Frías Pizarro y Pizarro (La Pizarro), envolvió las acciones del ingenuo (políticamente hablando) Malaspina, y la traición de La Pizarro lo llevó al castillo de San Antón de A Coruña, donde pasará cinco años y de allí al destierro en su Italia natal. Lo peor para España, la prohibición de publicar el resultado de las investigaciones efectuadas, solamente se permitió la edición cartográfica. Estas cosas y muchas más que no caben en esta recensión las cuenta con maestría nuestro compañero e incansable autor.
José María BLANCO NÚÑEZ