Esta obra no dejará indiferente a nadie. Quienes admiran al general Franco, y deploran que se profane su memoria, su ingente obra, e incluso su sepultura, se emocionarán con la lectura de los textos.
Quienes odian a Franco por odiar a España: Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera por tales. Creo y deseo no haber tenido otros enemigos que aquellos que lo fueron de España -dejó escrito en su mensaje póstumo- se indignarán.
Y los tibios y traidores, que debiéndole todo a Franco consienten con su silencio cómplice el acoso y derribo de una de las figuras más señeras de la historia de España, tal vez sientan remordimiento. Excepto los malnacidos, que han perdido tal capacidad junto a la vergüenza. Pues siempre se dijo que de ser bien nacidos es ser agradecidos.
Finalmente decir, que aunque hay una gran diversidad de artículos, el hilo conductor es la llamada Transición (que el autor califica como Transacción) pues la esencia de la transformación política acaecida a la muerte de Franco fue la transacción o venta de la España Una, Grande y Libre -su inmensa obra histórica- a sus enemigos. A cambio de que no cuestionaran la Monarquía. Que hoy obviamente cuestionan porque Roma traditóribus non redere.
Del prólogo de Francisco Bendala