El rollo del mal llamado cambio climático es un fraude montado por las élites progres y globalistas, es un invento para forrarse unos cuantos listos a costa de muchos tontos, y los tontos en la actualidad son plaga. Desde que el hombre primitivo vivía en las cavernas la naturaleza ha modificado sus parámetros dando lugar a modificaciones naturales y también a catástrofes de todo tipo, incluidas las climáticas.
El tiempo es cambiante y las mafias globales, se empeñen entre listos y tontos, en culpar al hombre de sus efectos nocivos y de su poder para modificarlo, es un error que da mucha vergüenza. Quieran o no los políticos que padecemos no paran de alarmar a una mayoría de indocumentados con el Apocalipsis entre otros muchos motivos por los pedos de las vacas, los gases de los coches y mil peregrinas razones más. La realidad es que en verano hace calor y en invierno frío y no hay cambios posibles.
En el siglo XIV se desencadenó lo que los científicos han denominado «mini glaciación» y no existían ni los coches ni los gases de efecto invernadero, aunque sí existían las vacas tirándose «cuescos». Lo que tampoco existía era La AEMET… afortunadamente para ellos.
En la década de los años cincuenta del siglo pasado en España hubo varias riadas, sobre todo en el norte del país, una muy devastadora concretamente en Bilbao y otra en Valencia en 1957 de terribles consecuencias con un balance de alrededor de 70 víctimas mortales en Valencia, ambas producidas por sendas gotas frías, lo de la «Dana», es otra gilipollez para que no suene este fenómeno a «rancio franquismo». Tanto en ambos casos el gobierno del Generalísimo reforzó los cauces de ríos y veredas de cualquier tramo fluvial y amplió presas y muros de contención de las mismas. Más tarde llegó Alfonso Guerra y dijo que las presas eran obras fascistas y no había que construir más. Ahora se dedican a derribarlas.
Lo que ha ocurrido ahora en Valencia nada tiene que ver con cambios climáticos y pamplinas, en un país donde hay 17 estados y coordinar actuaciones cuando ocurre una catástrofe de estas dimensiones es totalmente imposible. En localidades y pueblos arrasados ha empezado el pillaje y esto ocurre porque no han llegado los medios necesarios de personal para empezar a solventar la ruina de una pobre gente que en el mejor de los casos se han quedado sin nada y en el peor, sin algún ser querido. El ejército está para actuar también en estos momentos con todo tipo de medios operativos, lo que pasa es que sacar al ejército a la calle a esta gentuza que nos desgobierno les produce flojera de vientre.
El canalla de Sánchez ya se ha presentado en carne mortal en el epicentro del desastre y como buen charlatán de feria se ha disfrazado de conseguidor y con cara de cemento armado ha prometido ayuda inmediata para la reconstrucción de todo lo arrasado, y yo viéndole me acordaba de su viaje a Canarias ya hace un par de años prometiendo a las víctimas del volcán de La Palma exactamente lo mismo que ahora a los devastados valencianos y les recuerdo que allí no ha llegado un euro y que mientras a los «neurocirujanos» de las pateras les ponen una pulserita con todo pagado incluido los hoteles, a las víctimas del volcán los tienen hacinados en contenedores de obra. En Valencia les va a ocurrir exactamente lo mismo. Las banderas a media asta y los minutos de silencio son solo postureo vergonzoso. Esto de Valencia es el resultado de un país tercermundista.