No es nuevo, no es nuestra última generación, ha pasado a lo largo de la historia, pero siempre alguien no cayó en la trampa o salió de ella.
La degeneración de la juventud, siempre ha estado en las miras de los que nos pretenden subyugar.
Se dice ahora que nuestros jóvenes pierden su tiempo en materialismo banal y satisfacción rápida, neurotransmisores al cien por cien todo el día.
Adicciones de las más variadas índoles queman a nuestros jóvenes, se mira al móvil unas 30 veces al día incluso para no ver nada.
El amor pasó a ser solamente placer sexual, devoramiento de endorfinas como haría una manada de fieras.
El alcohol y otras drogas son parte del entretenimiento y la forma de socializar en esta vida actual.
La pornografía se ha normalizado de manera tan asquerosa que en wassap el 80% de la multimedia enviada es porno.
Pocos piensan en tener hijos, muy pocos jóvenes lo piensan, les han echo creer que son una carga económica y un freno a sus seudo placeres mundanos, adoptan una mascota y los transforman en hijos de su vida.
Debíamos quemar la mala fe de los que implantan estos dogmas en nuestra sociedad.
La simbólica y famosa quema de libros en Alemania durante la República de Weimar:
Este hecho al que se ha dado tanta importancia, fue un hecho aislado y único promovido por una asociación de estudiantes lúcidos y con valores Cristianos, si, digo Cristianos por que la sinagoga de satanás está detrás de todo esto.
Ellos tenían como fin demostrar su absoluta repudia a las corrientes de pensamiento impuro que fueron impuestas a la sociedad en aquellos años.
Se quemaron libros comunistas, revistas pornográficas, libros con ideario contrario al Nacionalismo y que promovían el Globalismo; si señores, ese Globalismo al que vamos de cabeza ahora, también publicaciones que aplaudían el alcohol y otras drogas…
Fue la asociación de estudiantes llamada Volkischer Beobachetter y edito un manifiesto que leyeron durante aquel simbólico acto que SE REALIZO SOLO UNA VEZ, y que los que todo lo demonizan, ya que adoran a Satanás elevaron a categoría de «hecho histórico».
¿Cuanto habría que quemar ahora?
¡Como nos destruyen culturalmente!
Me gustaría quemar aquellas películas de cine kinki que tanto daño hicieron a toda aquella generación de la «maravillosa» transición.
Deberíamos quemar todas esas series sobre Narcos que hoy promueven la asquerosa cocaína entre nuestros jóvenes. Deberíamos quemar los televisores, tenemos que quemar los discos de reguetón que promueven hasta la barbarie la promiscuidad sexual y dejan el amor y la sexualidad a la altura del barro. Deberían arder todas las «cocinas»de fabricación de drogas y las destilerías, que arderian la mar de bien.
Tenemos que quemar todo lo que nos arrastra al infierno, las llamas purificadoras limpiarían nuestras vidas y la de nuestra estitpe futura.
No te quemes ni te autodestruyas, es lo que ellos buscan: https://odysee.com/@Marco-Antonio1939:2/VID_20240724_071555_104:c?r=AeB4T6uwKJ9sLQ1R8wkWUpvbWTTNnAjA