A don Emilio Domínguez Díaz le ha cabido el honor de investigar y redactar para SND Editores la primera biografía en español del escritor británico Roy Campbell (1901-1957), lo que tiene mucho mérito y es para felicitar al autor de este excelente ensayo. En el mundo universitario y académico anglosajón, el gran poeta Roy Campbell no era un desconocido y existen, desde luego, diversos estudios sobre su obra, en particular sobre su obra poética.
Tampoco resultaba desconocida su obra en España puesto que fue un hombre íntimamente ligado a nuestra patria. De hecho, el propio Campbell atribuía a España la salvación de su alma, algo que debe hacernos sentir orgullosos a todos los españoles, pues no es frecuente que recibamos un elogio como ese y menos venido desde el mundo cultural inglés, ya que, como es sabido por todos, ambas naciones, Inglaterra y España, mantuvieron muchas batallas a lo largo de su historia, aunque hoy podamos hablar de una relación bastante buena entre ambos países. Pero hablemos un poco de la propuesta que nos ofrece el profesor Domínguez Díaz en su libro dedicado a Roy Campbell.
Se trata de una completísima biografía donde el lector interesado en la vida, la obra y el contexto histórico-cultural en el que se movió Campbell podrá encontrar cumplidas respuestas a las preguntas que pudiera hacerse. Este ensayo pertenece al género de la biografía, claro, pero bien puede leerse como una novela, debido a que la vida del propio Roy Campbell tuvo mucho de novelesco, de héroe romántico inglés, al estilo de Lord Byron. El volumen biográfico cuenta con un prólogo introductorio de doña Beatriz Villacañas y, tras una introducción del autor en la que se resumen los hechos esenciales de la vida y obra del protagonista, se realiza un intenso recorrido por la trayectoria vital y literaria de Campbell, desde su nacimiento en la ciudad de Durban, en Sudáfrica, el 2 de octubre de 1901, hasta su muerte en el camino entre Sevilla y Sintra, el 23 de abril de 1957. Podrá parecer una mera casualidad del destino y quizá lo sea, pero no deja de parecernos asombroso que Campbell dejase este mundo un 23 de abril, la misma fecha simbólica que le une a escritores como nuestro Miguel de Cervantes, William Shakespeare o el Inca Garcilaso de la Vega.
Los dieciséis capítulos que componen el grueso de esta biografía nos sumergen en la vida de Roy Campbell, desde su natal Sudáfrica, hasta su fallecimiento en Portugal, pasando por su formación académica, su estancia en Oxford, sus relaciones con el celebérrimo círculo de Bloomsbury hasta llegar a su obligado exilio en la Provenza francesa. Es obligado que, antes de seguir el recorrido por los citados capítulos del libro destaquemos lo que el profesor Domínguez Díaz nos cuenta sobre el exilio de Roy Campbell, ya que este resulta determinante para alcanzar a comprender su vida y obra. Sin duda, la marginación y el exilio se constituyen como los hechos esenciales para poder entender la trayectoria posterior del poeta sudafricano.
Al verse rechazado, al verse forzado a huir de su patria, de la influencia de su cultura de origen, pudo abrirse al mundo, pudo descubrir así la voz de otros autores, la visión de otras culturas ajenas a la inglesa. Con lo inquieto que era, la experiencia del exilio, lejos de abrumarle y deprimirle, reafirmó sus convicciones y le fue convirtiendo en el hombre que ya sería para toda su vida: un luchador sin tregua, un boxeador de la vida podríamos decir, un torero de la palabra, un ardoroso converso a la fe católica y un pescador de versos, suyos y ajenos.
¿Por qué decimos que Campbell fue un pescador de versos propios y ajenos? Porque este admirable escritor no destaca solamente por la calidad y la fuerza de su poesía en lengua inglesa, sino que también tuvo la valentía de zambullirse en el proceloso mar de las traducciones, siendo capaz de verter al inglés las obras de autores líricos tan dispares como Charles Baudelaire, nuestros poetas San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Francisco de Quevedo o los portugueses Eça de Queirós o Paço d’Arcos. Tanto los poemas originales de Campbell como sus traducciones de otros grandes autores del pasado destacan por una serie de rasgos comunes: su enorme energía, su fuerza lírica, su apelación al lector, su rebelión contra las convenciones establecidas… Y, por supuesto, su visión del amor, su visión de la fe cristiana católica, o sus impresiones acerca de la vida y la muerte.
Son muy interesantes los capítulos que el autor dedica a la estancia de Roy Campbell a su fuga a España, a su estancia en Barcelona (en condiciones vitales ciertamente angustiosas), su testimonio acerca de la Guerra Civil Española, que no debería dejar a nadie indiferente y más en nuestra época. Deberíamos los españoles aprender de la mirada de todos aquellos autores extranjeros (Campbell, Hemingway, Orwell…) que vivieron de cerca los infaustos, los negros días de destrucción de la Guerra Civil, para sacar muchas provechosas enseñanzas. También son emocionantes los capítulos que se centran en la conversión religiosa de Campbell en Altea y a su estancia en la imperial Toledo, con sus visitas a Ávila y otras ciudades españolas. Por lo bien que fue tratado por nuestros compatriotas de aquella época, por su propio descubrimiento de la fe católica y su íntimo sentimiento de unión con Dios, por el hallazgo de esa misma fe en los rincones de nuestra patria es por lo que Campbell afirmó aquello de que “España salvó mi alma” y, en justicia, se puede decir que no exageraba en absoluto.
Se dijo más arriba que la biografía que el profesor Emilio Domínguez Díaz le dedicó a Roy Campbell es completísima y es verdad, ya que el libro se completa con una cronología de los hechos vitales y literarios más destacados en la trayectoria de este autor. Además, sigue a esta cronología un apéndice con los textos poéticos en inglés que el autor de la biografía traduce y va intercalando a lo largo de la biografía, lo que convierte al libro no sólo en un ensayo biográfico sino también en una selecta antología de los textos en verso y prosa de Roy Campbell. Se cierra el volumen con una exhaustiva bibliografía donde los lectores más interesados en profundizar en la obra de Campbell podrán acudir para formarse y estudiar más detenidamente la obra y la vida de un anglo-sudafricano admirable, un británico que también fue español y portugués de adopción puesto que su vida transcurrió entre Inglaterra, España y Portugal, además de la Sudáfrica actual y su etapa francesa antes de atravesar los Pirineos rumbo a nuestra nación.
¿Qué es lo único que, en nuestra humilde opinión, le falta al libro? El libro es excelente, pero se echa en falta que se añadieran unas cuantas láminas con fotos de la vida del autor, pero entendemos que esto, aparte de ser complicado de lograr (no siempre resulta fácil obtener la autorización para usar archivos fotográficos), también habría encarecido la edición. La biografía sobre Roy Campbell supuso un hito editorial porque era la primera que se hacía en el mundo hispánico y, de algún modo, ha saldado la deuda de gratitud que Campbell tuvo con España. Es más, nos ha recuperado para los lectores de hoy la figura titánica y valiente de un hombre que nunca se doblegó ante la adversidad, que no se doblegó ante nada ni ante nadie, a pesar de que varias veces estuvo a punto de perder la vida.
Felicitemos, por ello, a don Emilio Domínguez Díaz, por un trabajo tan bien realizado, tan encomiable como necesario. Los lectores españoles de hoy día le debemos gratitud a ambos: a Roy Campbell, por su amor a España; a Emilio Domínguez, por su dedicación a Campbell.