La historia de la División de Castilla del Ejército Real del Norte es la historia de la Primera Guerra Carlista de la mano de un protagonista que no es una persona, sino miles, los que durante los siete años que duró aquella guerra formaron en sus filas. Todos aquellos «castellanos», es decir, no nacidos en Vascongadas o Navarra, no solo formaron parte de la Di-visión más numerosa, pues llegó a contar hasta con 12 batallones de Infantería y 4 regi-mientos de Caballería, continuamente en reconstrucción por haberse desangrado hasta desparecer en varias ocasiones, sino también la más sacrificada pues combatió a lo largo y ancho de toda nuestra geografía, participando en todas las expediciones que salieron desde el Norte a recorrer España, andando durante días e incluso meses, ya fuese bajo un sol abrasador o cubiertos de nieve hasta las rodillas.
Seguramente las palabras de uno de esos hombres, el algecireño Francisco Hernando, aunque refiriéndose a la Tercera Guerra pero perfectamente válidas para sus correligionarios de la Primera, sean las que mejor definan. Escribía: «Las únicas tropas que verdaderamente combatían por amor a la causa, sin ningún tipo de provincianismo, las que por defenderla habían abandonado más completamente casa, hogar y familia, eran los batallones castellanos, que tanta gloria adquirieron en el ejército del Norte.
Verdaderos voluntarios, los castellanos vinieron a campaña desde que hubo carlistas en armas. La Bandera de la Religión y de la Monarquía estaba desplegada, y los hijos de Castilla, católicos y monárquicos, iban a buscarla, lo mismo a las montañas de Guipúzcoa que a las de Cataluña, y a dar su sangre por defenderla donde quiera que hiciesen falta sus generosos sacrificios.
Abnegación, desinterés, entusiasmo, valor, sobriedad y subordinación han hecho siempre de los hijos de Castilla los mejores soldados del mundo, y estas cualidades llevadas a un grado heroico, hicieron de los voluntarios castellanos los mejores soldados carlistas». Bien, pues como apuntábamos este libro es su historia, historia que hemos podido adornar con los nombres y procedencias de más trescientos hombres de entre los que la mandaron.