Si no fuera por las consecuencias y la imagen de España en el exterior, mucho más allá incluso de Europa, la política exterior de este país sería para o morirse de risa o de pena. Lo que pasa, y esto ya es serio, es que tenemos un gobierno de mierda que produce náuseas y que no solo se sostiene con golpistas y terroristas en este lodazal patrio, sino que en cuanto puede «enseña la patita por debajo de la puerta» y nos mete en un lío gordo a nivel internacional.
No me estoy refiriendo al cambio de golpes en el caso Milei, con la gravedad que supone insultar al presidente de Argentina. Tampoco me refiero a que «el rey feriante» reciba a pie de escalerilla y con alfombra roja a un canalla en camiseta de manga corta, todo muy respetuoso, que viene aquí a pedir árnica para seguir manteniendo su guerra y sobre todo su estatus de actor millonario de segunda categoría puesto en «el machito» por Estados Unidos, para seguir jugando a un monopoli de sangre y ruina.
De esto ya habrá tiempo de comentar. Hoy me quiero referir a la vergüenza de reconocer un estado palestino para tapar toda la corrupción de esta gentuza que nos desgobierna y que está arrasando con todo. Esta panda de canallas va a reconocer algo que no existe como lo que se entiende como estado con sus límites fronterizos, etc y que además «eso que esta banda llama estado» está ubicado en un área territorial conocida como franja de Gaza que junto a Cisjordania forman el conglomerado palestino y que hace frontera con Israel. Palestina hace muchos siglos que existe como tal y el conflicto con Israel tiene un doble sentido, mientras los árabes capitaneados por los terroristas de Hamás y Hezbolá intentan exterminar al pueblo judío, estos, como no puede ser de otra forma, se defiende.
La comunidad internacional de forma farisea pone el grito en el cielo porque un país como Israel defienda a su pueblo atacado sistemáticamente por estos criminales que les amenazan y actúan en cuanto tienen la ocasión de forma salvaje, porque lo ocurrido en octubre pasado con el golpe de mano de Hamás en territorio israelí asesinando a civiles e incluso decapitando criaturas, violando y arrasando todo a su paso, no debe de tener más respuesta que entrar en su territorio y devolver el golpe, si se puede, con mayor violencia y sin ningún freno. La operación denominada «inundación» llevada a cabo por la banda terrorista el 7 de octubre en territorio israelí no tiene más justificación que responder como lo están haciendo los judíos.
En esta guerra de siglos de enfrentamientos hay solo dos derivadas, una la de unos piojosos terroristas financiados por Irán y también, no se nos olvide, por occidente, y un pueblo que o se defiende o les aniquilan. Netanyahu no hace mucho advirtió que estos con los que ellos luchan vendrán, ya están aquí, a occidente y nos cortarán el cuello a todos mirando a La Meca. Cuánta razón llevaba en esta advertencia, casi premonición.
Pues con todo esto nuestro gobierno de terroristas reconoce a un Estado asesino y aquí nadie dice ni hace nada. Que una vicepresidenta de España utilice el eslogan de Hamás empleado para airear sus propósitos de exterminio del pueblo judío con ese deseo terrorífico de «desde el río hasta el mar», para dejar claro su posición política y personal y que no haya sido inmediatamente cesada, solo por un poco de maquillaje y disimulo, siendo lo peor del caso que esta analfabeta seguro que no sabía el horroroso significado de este mensaje, nos muestra así de claro con este disparate en manos de quien estamos.
Reconocer a un Estado inexistente, repito, secuestrado por terroristas que emplean a su pueblo como escudos humanos y además que esta gentuza asesina felicite al gobierno de España, nos califica como país y nos restriega por el sentido común la vergüenza que algunos, cada vez menos, sentimos como españoles.
Qué gran verdad. Un comentario que por desgracia los medios de deformación se niegan a hacerlo. Así se escribe 🇮🇱