Esta biografía de María Rosa Urraca Pastor es muy sugestiva para todo aquel interesado en la Historia contemporánea de España y también en el desarrollo del creciente protagonismo de la mujer a lo largo del siglo XX.
Su figura tuvo como telón de fondo los tiempos convulsos de la II República, que desembocaron en la Guerra Civil, y el régimen político construido tras la misma.
Cuando en 1931 se proclamó la Segunda República, el carlismo parecía un rescoldo del pasado, pero, sorprendentemente, resurgió política y socialmente como un Ave Fénix de sus cenizas. A ello contribuyó decisivamente la transformación de las mujeres tradicionalistas -las ¡margaritas!-, que abandonando el apoliticismo de décadas anteriores, dieron lugar a un tipo de mujer enérgica, militante activa en defensa de la Iglesia, comprometida hasta el punto de llegar a ser multada, agredida o encarcelada, y heroína de la lucha antirrepublicana. Las mujeres pusieron así, al servicio de la política, su superioridad moral respecto a los hombres, que las hacía más religiosas, menos tolerantes, más abnegadas y más valientes.
La protagonista de la presente biografía tuvo mucho que ver en aquella evolución, pues fue la más importante oradora y movilizadora femenina del carlismo, y una de las más decisivas líderes de su sección femenina en su enfrentamiento contra la República.
Su vida se prolongó hasta la llamada Transición, convirtiéndola así en protagonista de una buena parte de nuestra historia colectiva del pasado siglo.