Ante el caso de «La Sacristía de la Vendée» uno de los sacerdotes de la tertulia de Youtube pidió en tono de broma «rezar por que el Papa se vaya al Cielo cuanto antes». Los Obispos se han escandalizado. Los mismos Obispos que no se escandalizan ante los casos de homosexualidad de sus sacerdotes, los cuales los conocen todos, los que salen a la luz y los que no, pero ahí callan. Ahora se han escandalizado y han calificado a los sacerdotes ( a través de sus medios «oficialistas») como «ultras», «juampablistas», miembros de la «fachosfera católica», en lo que sin duda es un caso paradigmático de denunciar la viga del ojo de tu hermano sin ver la propia.
Desde SND Editores apoyamos a todos los sacerdotes de dicha tertulia y queremos dejar aquí los rtres artículos de la red que con mayor ímpetu han defendido a dichos sacerdotes:
Los medios digitales han reemplazado ampliamente a los medios tradicionales. A L’Osservatore Romano no lo lee nadie —literalmente— aunque se sigue imprimiendo diariamente a la vez que portales como Infocatólica o Infovaticana, o blogs como los de Aldo Maria Valli o Marco Tossatti tienen decenas de miles de visitas diarias.
Y algo similar ocurre con los canales de Youtube. Y de entre estos, los que profesan ideas conservadores acumulan decenas de miles de suscriptores y visualizaciones de sus videos. Mientras tanto, los medios audiovisuales diocesanos, que cuestan una fortuna a los obispos que se animan a sostenerlos, tienen una audiencia irrisoria. Y esto ocurre en todo el mundo. Es cuestión de ver, por ejemplo en Argentina, la cantidad de visualizaciones que tienen los videos del canal oficial de la Conferencia Episcopal y los que tienen canales católicos como los que todos conocemos.
Es lógico entonces, que las envidias y las furias clericales, que suelen ser más virulentas que las de los comunes mortales, se desaten apenas encuentran la ocasión. Y es esto lo que ha ocurrido con el canal La sacristía de La Vendée, que reúne en tertulias semanales a un grupo de sacerdotes de la arquidiócesis primada de Toledo. Allí se discute en un ambiente propio de tertulia, es decir, sin libreto y en conversaciones espontáneas y francas, lo que está sucediendo en la Iglesia, que nadie puede negar que es de una gravedad nunca antes vista. Y los participantes de la reunión lo hacen con argumentos católicos, es decir, con argumentos tomados de la doctrina de la Iglesia, que es multisecular y que no surgió de un concilio en los años ’60. Y es por eso que tienen casi setenta mil suscriptores y cada video cuenta con decenas de miles de visualizaciones.
Por supuesto, los medios ideologizados del progresismo oficialista, como Religión Digital y Vida Nueva, se han tomado de un momento brevísimo en el último video, en el que por esa espontaneidad característica del sitio un sacerdote ha dicho que reza para que “el Papa se vaya al cielo cuanto antes”, para lanzar contra ellos una campaña feroz. Justamente esos medios digitales que no ahorraron nunca críticas feroces contra Juan Pablo II y Benedicto XVI, se convierten ahora en inesperados defensores de la figura del pontífice romano. Hace gracias que Vida Nueva, por ejemplo, que salió en defensa de Kiko Argüello cuanto este deseó la muerte de Benedicto XVI, se rasgue ahora las vestiduras por los dichos al pasar de los curas de La Vendée.
Los sacerdotes de La Sacristía han publicado un comunicado en que reconocen que se trató de un comunicado desafortunado y que fue sacado de contexto. Es que, efectivamente, nadie de quienes ven el video se puede tomar en serio el comentario, que no fue más que una chanza, brevísima y pasajera. Pero todo viene bien a los enemigos de la verdadera fe para ensañarse con los sacerdotes católicos. Nada que no hayamos visto antes, y nada que no haya visto España hace menos de un siglo. La diferencia es que en esas circunstancias, quienes perseguían y mataban a los sacerdotes, eran comunistas y anarquistas; hoy soy los propios católicos. Curiosamente, hoy son perseguidos los sacerdote que no hacen más que enseñar la doctrina de siempre mientras aquellos de con colegas que se dedican a predicar desde el púlpito cualquier tipo de herejía, tienen la protección episcopal asegurada. Todo esto se está discutiendo en estos momentos en artículos como este o este.
El arzobispado de Toledo ha emitido un comunicado. Confiamos en que el arzobispo comprenderá cabalmente la situación y no se dejará embaucar por los enemigos de la fe. Él es un hombre católico y tiene real aprecio por sus sacerdotes. Y también es muy consciente del enorme bien que hacen en el mundo entero ese grupo de hijos suyos preocupados por llevar luz a las almas en momentos de tanta confusión. Flaco favor haría a la fe y a la religión si, cediendo a las presiones mediáticas, tomaran alguna decisión que perjudicara el apostolado de los curas de La Sacristía.
Me permito entonces, dirigirme a Mons. Francisco Cerro Chavez, arzobispo primado de Toledo, e invito a todos a unirse a este pedido (pueden hacerlo desde aquí), a fin de que afirme la actitud paterna y católica que ha caracterizado su pontificado y proteja a este grupo de sacerdotes —sus sacerdotes— a fin de que no sean presa de quienes quieren dañar el Depósito de la Fe que a él le fue encomendado guardar.
Vida Nueva ha denunciado que uno de los sacerdotes de la tertulia de Youtube de La Sacristía de la Vendée pidiera en tono de broma «rezar por que el Papa se vaya al Cielo cuanto antes». Tras la presión, los sacerdotes han pedido disculpas por el desafortunado comentario, por el escándalo causado, y han reiterado su adhesión al Papa Francisco. De sabios es rectificar. Bien por ellos.
Otro medio, Religión Digital, ha calificado a los sacerdotes como «ultras», «juampablistas», miembros de la «fachosfera católica», en lo que sin duda es un caso paradigmático de denunciar la viga del ojo de tu hermano sin ver la propia. Para colmo, el último párrafo del artículo es un magnífico ejemplo de desinformación, pues señala que los sacerdotes no se han disculpado…
Esta misma publicación no tuvo ninguna sensibilidad con Juan Pablo II o Benedicto XVI, les instaba a renunciar, les insultaba y les tildaba de reaccionarios y fulminadores del concilio. Desear la muerte a cualquier persona es deleznable, pero también lo es la doble vara de medir y la hipocresía a la hora de denunciar lo que hacen mal otros.
Si uno sigue regularmente esa tertulia, verá que muchas veces recurren al humor y el sarcasmo al comentar la situación de la Iglesia. También advertirá que hay juicios duros sobre este pontificado y, en mucha menor medida, sobre algunas decisiones de los Papas de los últimos 60 años. En este sentido, recurrir a la ironía o a expresiones un tanto gruesas en vídeos en directo de Youtube, puede no estar bien en ocasiones y perjudicarles notablemente, como ahora ha ocurrido.
La actuación de los obispos
Lo que no deja de sorprender es que, en unos casos, la jerarquía eclesiástica sea tan rápida y eficaz para llamar al orden a algunos sacerdotes mientras que, para retirar carteles polémicos de la Semana Santa, o para sancionar al sacerdote redentorista que continuamente insiste en que se acepte la perspectiva de género, no haya ninguna medida. Es cierto que las autoridades religiosas son distintas de las diocesanas, pero también lo es que hay muchas formas de conseguir algo.
Actuar de este modo, puede hacer pensar a los fieles que los obispos comulgan con los planteamientos eclesiales de Religión Digital y Vida Nueva, o que ceden fácilmente a sus chantajes cuando presionan con reclamaciones. Si esto es así, solo queda esperar a ver cuándo ceden al resto de demandas de esas publicaciones (ya sea la aceptación plena de la homosexualidad, el diaconado femenino o la abolición del celibato). Lo que está claro es que la vara de medir muchas veces no es la misma para todos.
El caso de Don Benito
Sin duda la crisis de autoridad en la Iglesia se debe, en gran medida, a la dejación de funciones de muchos prelados en el gobierno diocesano. Un ejemplo de esta semana, el obispo de Plasencia ha pedido que «no ejerzamos de jueces, sino de médicos» a la hora de valorar el caso del sacerdote homosexual que vendía droga en la casa parroquial.
Sorprende esta llamada a la calma cuando no está claro si el mismo obispo estaba al tanto del asunto y no hizo nada o, más preocupante aún, no sabía nada del tema.
El obispo también ha señalado que le «duele el sufrimiento y las lágrimas de nuestro hermano y de su familia», así como «el dolor y consternación de su comunidad parroquial». Pero vamos a ver, ¿de verdad es creíble que un sacerdote y su pareja vendan droga en la casa parroquial y no se enteren los feligreses del pueblo? ¿Y que no llegue ningún comentario al vicario o al obispo?
¿Cuál es el problema de fondo?
Ante todo este panorama, uno se pregunta, ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué los obispos reaccionan de este modo? Pues bien, me atrevo a aventurar que ocurren varias cosas. En primer lugar, la naturaleza humana favorece la espiral del silencio y la inacción de la mayoría de personas.
En segundo lugar, hay mucho miedo a la reacción que pueda haber en Roma si uno es claro con la doctrina del magisterio y aplica la disciplina eclesiástica con claridad (no hay más que ver cómo se gestiona el tema de Alemania).
En tercer lugar, creo que este asunto se mezcla con otra polémica reciente, la celebración de una oración en una ermita durante una boda gay. El sacerdote que denunció el hecho y lo viralizó, provocando que el obispado de Madrid se desvinculase de los hechos, es uno de los que participa en la tertulia de La Sacristía de la Vendée.
Por último, la semana que viene es la elección del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, por lo que es el momento perfecto para coger un comentario desafectivo contra el Papa de la famosa tertulia sacerdotal, denunciarlo y presionar a los obispos para que se posicionen frente a él. Si además lo denuncia Vida Nueva, el medio español que más entrada directa tiene con el Papa Francisco, es un arma de presión imbatible para conseguir que la propia jerarquía crucifique a este grupo de sacerdotes.
De momento, el obispado de Toledo ha tenido una reacción normal y ecuánime (ha mostrado su afecto al Papa y ha pedido a los sacerdotes que rectifiquen), aunque no han excluido que se vayan a tomar «otras medidas de corrección». Con semejante perspectiva, es normal que determinada prensa no se vaya a dar por vencida.
Si finalmente reciben sanciones canónicas, u otro tipo de castigos, muchos lo interpretarán como la señal de que la cultura de la cancelación va a imponerse contra los que se opongan con claridad al avance LGBT y otros desvaríos doctrinales.
Vida Nueva es un lobby
Vida Nueva y Religión Digital son los dos medios españoles que defienden la aceptación de la antropología de género en la Iglesia. Los primeros lo hacen con más disimulo, los segundos presionando con fuerza. Lo novedoso del caso que nos ocupa, es que ha destapado a Vida Nueva como un medio fuertemente activista, en vez de ser un medio de información.
En 24 horas, Vida Nueva ha sacado tres artículos pidiendo la cabeza de los curas youtubers y, ese mismo día, publicaba un artículo en el que no le parecía nada mal que se aplique toda la misericordia del mundo con el sacerdote homosexual y traficante de Don Benito. Los primeros hicieron un comentario jocoso y desafectivo sobre el Papa, el otro cometía delitos y estaba muy lejos de vivir como se espera de un sacerdote.
¿Se ve la doble vara de medir de esta publicación?
¿Se entiende que las cuestiones de género son el caballo de batalla que más está polarizando a la Iglesia?
- Las declaraciones de los sacerdotes de las que se han hecho eco los medios han sido sacadas de contexto y malinterpretadas por los dos medios de referencia del progresismo eclesial en España: Vida Nueva y Religión digital. Su fin no ha sido otro que filtrarlas, desfiguradas, a los medios de comunicación para coordinar una campaña de difamación contra dichos sacerdotes y así anularlos, porque carecen del menor argumento contra las verdades de fe, de razón y de evidencia empírica, que ellos proclaman en cada una de sus intervenciones. En ninguno de los distintos programas de dicho canal, que no tienen más que un fin formativo, se ha negado una sola verdad de la fe católica. Lo que sí es una práctica habitual de Vida Nueva y Religión digital desde hace décadas. Gracias a que todo queda registrado en la gran hemeroteca que es internet, ustedes mismos pueden comprobar, además, cómo dichos medios no ahorraron en lanzar críticas y calumnias contra Juan Pablo II y Benedicto XVI.
- Se ha convertido en una práctica habitual durante el pontificado de Francisco, que sacerdotes, religiosos, obispos y cardenales realicen declaraciones públicas contra el milenario depósito de la fe. No tomándose medida disciplinar alguna contra los que las han proferido. Tengan esto presente a la hora de amenazar con sanciones a unos sacerdotes cuyo único pecado consiste en no encajar con el «relato» dominante del actual pontificado en curso. Situación que a ellos no les ocurría con el pontificado del papa anterior.
- Son miles los fieles del amplio mundo de habla española, los que están recibiendo una gran ayuda del canal de la Sacristía de la Vendée, de ahí que no dejen de crecer en suscriptores y visualizaciones sus programas. Caso único dentro del minúsculo y, por otra parte, carísimo espectro de los medios de comunicación de la Iglesia en España. Gracias a la labor de estos sacerdotes, gran número de personas han recuperado la fe y la práctica cristiana, o no la han abandonado cuando estaban a punto de hacerlo, viendo, con sumo dolor, la profundísima crisis en la que se haya hundida la Iglesia contemporánea.
- Muchísimos sacerdotes encuentran en dicho canal una fuerza para no caer en la tentación del desánimo y la desesperación, pues son ellos los que más sufren la animadversión del mundo, la indiferencia de algunos de sus feligreses y, el abandono de sus propios obispos. Por otra parte, aprenden mucho debido a la notable formación que sus hermanos sacerdotes les proporcionan en sus intervenciones.
- Ustedes, queridos obispos, en cada una sus diócesis son perfectamente conocedores: I) de los sacerdotes que practican habitualmente la homosexualidad, y no toman medidas contra ellos; II) de los sacerdotes que no enseñan, sino que deforman, la doctrina de la Iglesia, y no toman medidas contra ellos; III) de los sacerdotes que manipulan sacrílegamente la sagrada liturgia, y no toman medidas contra ellos. Cada vez somos más los fieles que observamos con enorme sufrimiento la escandalosa doble vara de medir episcopal.
Qué graciosos son y qué poco sentido del humor tienen los católicos… mira que ofenderse por un chistecito tan bueno!!!
Cuando ustedes adviertan de que aquello que es bueno será «malo» y aquello que es malo será «bueno»,
Los buenos serán condenados y los malos serán premiados.
Pero aquel que persevere en la verdad, será salvo.
Cuando estás cosas ocurran…,
entonces sabrán que mi venida estará cerca.,