Las autonomías han sido el fin de España como nación. Mucho antes de la muerte del Generalísimo, los cobardes que vivían del Movimiento y mancillaban los principios mismos de este, diseñaron en la sombra lo que ahora padecemos y que ha destruido completamente España.
Los chacales de la mal llamada «apertura», los Fraga, Suárez y el rey perjuro que fue el aglutinador, diseñaron un Estado que ahora nos pasa una factura que es imposible asumir. El estado de las autonomías ha roto y arruinado este país haciendo imposible la vuelta atrás.
La apertura a los partidos políticos que provocaron tanta muerte y ruina en un pasado reciente. Una Constitución que toda esta basura y el pueblo aborregado toma como el evangelio y esa entrega criminal a toda esta canalla de la posibilidad de trocear el territorio nacional convirtiendo la diversidad regional en caos y odio, nos ha traído a esta situación inasumible de 17 estados dentro del Estado.
Los chacales de la mal llamada «apertura», los Fraga, Suárez y el rey perjuro que fue el aglutinador, diseñaron un Estado que ahora nos pasa una factura que es imposible asumir. El estado de las autonomías ha roto y arruinado este país haciendo imposible la vuelta atrás.
La apertura a los partidos políticos que provocaron tanta muerte y ruina en un pasado reciente. Una Constitución que toda esta basura y el pueblo aborregado toma como el evangelio y esa entrega criminal a toda esta canalla de la posibilidad de trocear el territorio nacional convirtiendo la diversidad regional en caos y odio, nos ha traído a esta situación inasumible de 17 estados dentro del Estado.
Acaban de celebrarse las elecciones autonómicas en Galicia y casi toda la opinión pública aplaude con las orejas los resultados y gritan con alegría que si los socialistas pensaba apoyándose en el BNG sacar al PP del gobierno les ha fallado el tiro, no se dan cuenta de que los populares son tan malos como la propia izquierda y que la operación del triunfo separatista sin el disimulo del PP, llegará a gobernar Galicia como BILDU gobernará Vascongadas en el muy cercano aquelarre en esas tierras. El PP es un partido acomplejado y nefasto y en Galicia ha llevado a cabo una política claramente de izquierdas, inmersión lingüística, agenda 2030, ley TRANS, ley LGTB, que marcan un camino hacia, en pocos años, entrar en la dinámica vasca o catalana.
El PP es tan dañino como todos los partidos de izquierdas. Aplaudir como focas una política extractiva y separadora, es un error garrafal que alimenta a golfos y acerca el espíritu de la separación y del aldeanismo. En cierta ocasión le preguntaron a Don Ramón María del Valle Inclán sus preferencias idiomáticas y contesto que él hablaba el idioma de Cervantes y que intentar equiparar el español con el gallego era propio de pueblerinos.
Las autonomías han sido el germen de un proceso cancerígeno imparable que ha destruido España desguazando su sentido de unidad mismo. El sistema democrático es un sistema fallido que durante su implantación solo ha generado desigualdad y odio entre españoles. Los reinos de Taifas creados bajo el auspicio de una Constitución traidora a España, una jauría de partidos políticos sedientos de poder y unos reyes, Juan Carlos y Felipe, que han antepuesto su bienestar personal, incluso cayendo en la más vergonzante miseria moral, a sus obligaciones de Estado, pusieron la bomba de tiempo en marcha que está acabando con todo. Hoy el jefe del Estado, es un rey de cartón.
Se han cargado España y la han vaciado de su sentido y espíritu patrio. Aquello de, Una, Grande y Libre, es algo tan pasado, que, en este tiempo absurdo y terrorífico, con una sociedad analfabeta y narcotizada por los móviles, solo nos mueve el alma a unos cuantos sobrevivientes en medio de la nada.
Las autonomías han sido el germen de un proceso cancerígeno imparable que ha destruido España desguazando su sentido de unidad mismo. El sistema democrático es un sistema fallido que durante su implantación solo ha generado desigualdad y odio entre españoles. Los reinos de Taifas creados bajo el auspicio de una Constitución traidora a España, una jauría de partidos políticos sedientos de poder y unos reyes, Juan Carlos y Felipe, que han antepuesto su bienestar personal, incluso cayendo en la más vergonzante miseria moral, a sus obligaciones de Estado, pusieron la bomba de tiempo en marcha que está acabando con todo. Hoy el jefe del Estado, es un rey de cartón.
Se han cargado España y la han vaciado de su sentido y espíritu patrio. Aquello de, Una, Grande y Libre, es algo tan pasado, que, en este tiempo absurdo y terrorífico, con una sociedad analfabeta y narcotizada por los móviles, solo nos mueve el alma a unos cuantos sobrevivientes en medio de la nada.